Lo que muestra el Barómetro del CIS, ya como tendencia, es que el PSOE se desploma. Desde el 43,64% de los votos obtenido en las últimas elecciones (en las que ganó aunque con desgaste) hasta esta previsión demoscópica de un 36,20% de intención de voto, el partido gubernamental, agobiado por la crisis económica y no visto por los ciudadanos con iniciativa e ideas para enfrentarse a ella, habría perdido casi 7,5 puntos. Falta más de la mitad de la legislatura y nada se puede determinar ahora, pero el panorama para el PSOE es negro y las elecciones autonómicas, más cercanas, pueden desempeñar un papel acelerador si los resultados se ajustan a las encuestas que vamos conociendo y a este último Barómetro del CIS. Si los encuestados piensan que la situación política, aunque no les guste mayoritariamente, es similar a la de hace un año y lo será el próximo, el desencanto y la falta de esperanza sobre la economía es palpable y, como es lógico, el paro es el grandísimo problema y la mayor preocupación de los españoles.
El PP, por su parte, puede estar electoralmente satisfecho del desgaste de su adversario, pero, al mismo tiempo, debe reflexionar sobre su actividad política hasta los próximos comicios generales. La diferencia a su favor en intención de voto (casi 4 puntos) es por la pérdida del PSOE más que por sus méritos ante nuevos electores, ya que la intención de voto que le asigna el CIS es once décimas inferior al porcentaje que obtuvo en las generales del 2008. Esto no obsta para que su situación, al margen de los demás, vaya mejorando. Es significativo que, como ya ocurrió en el anterior Barómetro, el PP esté por delante en la manifestación espontánea del voto y no sólo en la previsión final de los sociólogos. Y si es cierto que Rodríguez Zapatero está más valorado, también lo es que sólo el 25% de los encuestados piensan que Rajoy, que gana al presidente en la percepción de su «visión de futuro», lo vaya a hacer peor que éste. Añádase que, en el anterior Barómetro, la cuestión en la que los encuestados consideraban que el PP lo podía hacer mejor era precisamente la economía. El principal partido de la oposición está lejos de lo que podría ser su cota en la actualidad, pero es difícil negar que, por el momento y de cara a las elecciones, lo tiene mejor.
Germán Yanke