Si el Rafita supiera leer y escribir, si supiera comportarse con buenos modales, si al menos supiera comer con cuchillo y tenedor y no tuviera una familia que se angustia en los pocos metros cuadrados de su piso de realojo y que huye a la Cañada Real de vez en cuando a disfrutar de su chabola; si el Rafita fuera capaz de hablar con calma y con los trucos que se enseñan en los cursos de coaching, el Rafita sería un líder social para la derecha más rancia y oportunista que campa por nuestro país.
Un diario madrileño le ha dado al Rafita un espacio público, una tribuna para defender su… ¿ideario? Ya lo hizo en Tele 5, pero todos sabemos que en Tele 5 se es estrella sin defender nada, simplemente por hacer el ridículo, molestar a la mayoría, insultar a alguien, encerrarse en una casa con una pandilla de enajenados. Cualquier cosa estrambótica, marginal y patética es buena para salir en Tele 5, por eso le han dado el premio Ondas a su presentador estrella: porque no es fácil flotar entre tanta ponzoña. Así que el Rafita ha ido a Tele 5 porque es donde se desenvuelve bien, restregándose en la ponzoña, chapoteando en ella como una miss cornuda, un flamenco borrachuzo, un cantante golfo, una modelo despechada, qué más da.
El Rafita ahora ha dado un salto de gigante: ha salido en la portada de un diario madrileño hablando de Derecho, de política legislativa, de seguridad ciudadana. El Rafita es un teórico de la reforma penal. Un analista de la delincuencia civil. El Rafita es un personaje autorizado para mantener el debate que doña Esperanza ha abierto sobre la cadena perpetua, revisable o no, quién sabe, es un misterio.
El Rafita es un señor porque nos ha sacado del marasmo de una ley del menor intolerable. Un tío de verdad que además de matar deduce su propia condena con rotundidad. Ya lo ha hecho el Rafita pidiendo la cadena perpetua o la pena de muerte para sí mismo en un periódico conservador de la línea de la señora Aguirre, que no tiene nada que ver con la ganadera, más bien que quiere ser la ganadora, y por eso se apunta a un bombardeo. Aunque el que dispare sea el Rafita, qué más da. Lo importante es lo importante.
El Rafita defiende junto a Aguirre la cadena perpetua. La pena de muerte no está descartada del todo en las reflexiones del Rafita. Tampoco la modalidad de la ejecución. El Rafita tiene argumentos de peso para distinguir complicidad de culpabilidad… El Rafita, qué leches, el Rafita es un crack. Un líder natural de la derecha radical. De la nueva extrema derecha, vaya. Quizá de Doña Esperanza, quién sabe.
El Rafita es la voz autorizada, una personalidad emergente ante la fragilidad del Gobierno con los delincuentes. El Rafita debe ser el telonero de la señora Aguirre, la ganadora, no la ganadera, en la próxima campaña electoral. Qué lástima que el Rafita no sepa ni leer, ni escribir, ni comer con cuchillo y tenedor. Qué lástima que sea al mismo tiempo la causa de la campaña y la voz que le quiere dar credibilidad.
Ah! Y qué lástima que sea un asesino. Aunque si es útil contra el Gobierno…
Rafael García Rico