jueves, abril 18, 2024
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Altruismo en Haití

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Mientras los voluntarios luchan por recuperar vidas entre el caos, los líderes políticos toman decisiones, esbozan proyectos y sueltan palabras. Mensajes con desigual efecto. La vecina Santo Domingo acoge este lunes la reunión preparatoria de la Cumbre Mundial por Haití, convocada para la reconstrucción del país. España estará junto a representantes de países como Estados Unidos, Canadá, Brasil y otros de América Latina, como corresponde a su función en la presidencia rotatoria de la Unión Europea.

Tras entrevistarse con cooperantes españoles en la isla, la vicepresidenta De la Vega clama con solemnidad que «no le vamos a fallar al pueblo haitiano». Pone de relieve el compromiso de España y de Europa en el auxilio de Haití ante otros gestos de gran importancia simbólica, como el del líder de EEUU, Barack Obama, al proponer que sus predecesores George W. Bush y Bill Clinton lideren la campaña de recolección de fondos de ayudas para las víctimas del terremoto en el país caribeño.

Los líderes políticos se miden también en las catástrofes. Bush y Clinton encabezan «uno de los esfuerzos de alivio más grandes de nuestra historia», dijo Obama desde los jardines de la Casa Blanca, flanqueado por los dos ex presidentes. El fondo de asistencia ya tiene un sitio de internet y la dirección electrónica funde sus nombres: clintonbushhaitifund.org. No es la hora para la rivalidad.

Que en España, Aznar y González fueran convocados por Zapatero, como presidente de turno de la UE, a que encabezaran juntos la campaña de ayudas para Haití no se puede ni llegar a imaginar. España, como otros países, puede enorgullecerse de la labor de sus voluntarios, de la heroicidad en su lucha por salvar vidas, pero no de la altura de miras de sus políticos. Bomberos de Huelva, que en las últimas horas han logrado el milagro de rescatar vidas de los escombros, cien horas después de la catástrofe; de Zaragoza, que organizarán las ayudas humanitarias desde el aeropuerto de Puerto Príncipe, y cómo no evocar al bombero de Valladolid a quien Redjeson Hausteen, de dos años, se abrazó tras salvarle la vida, o a los médicos del Samur que ayer trajeron al mundo un niño pese al estado crítico de su madre. Altruismo frente a cortedad.

Otros muchos países, como México, Francia o EEUU, se vuelcan con una ayuda que se colapsa en el aeropuerto ante la falta de una organización eficaz. Pero allí siguen los voluntarios, los políticos, las órdenes religiosas y los periodistas, y sobresalen los gestos solidarios entre los haitianos pesar del pillaje y de la amenaza de los matones.

Aún hay vida bajo los escombros, pero pocas esperanzas de salvarla. Nuestra vicepresidenta ha llegado en un avión cargado de toneladas de material sanitario y emergencia. Puede sentir satisfacción por la labor de nuestros compatriotas, pero España no cierra filas en sus desconfianzas internas ni ante el terremoto de Haití.

Chelo Aparicio

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