La Policía irrumpía por orden judicial, días atrás, en el Ayuntamiento de Castro del Rey, en la provincia de Lugo, y se incautaba de numerosos documentos. Se ha detenido al alcalde socialista y a tres concejales de su grupo de gobierno.
El pasado lunes continuaban las detenciones de la llamada ‘operación Poniente’ en el rico Ayuntamiento de El Ejido, en Almería, ordenada por la Fiscalía Anticorrupción contra el alcalde del municipio, el interventor del Ayuntamiento y familiares de ambos, investigados por una presunta trama de blanqueo de capitales en la que estarían implicadas además una docena de empresarios y sociedades de empresas mixtas relacionadas con el municipio.
En las últimas horas, el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ha puesto en marcha una vasta operación en Cataluña en la que han sido detenidos el alcalde del municipio de Santa Coloma de Gramanet, el socialista Bartomeu Muñoz, el concejal de Urbanismo de la localidad, el director gerente de la Alcaldía, varios constructores y un ex diputado socialista, entre otros, por supuestos delitos de blanqueo de dinero, cohecho y tráfico de influencias. Bartomeu Muñoz es además el hombre de confianza del secretario de Organizacion del PSC, miembro de la Ejecutiva del partido y ha formado parte del comité de finanzas.
La operación en la que participa la Guardia Civil también se ha extendido al Ayuntamiento de Badalona, la tercera ciudad de Cataluña.
Pero la importancia de la operación iniciada a primeras horas de la mañana por Garzón, que se está llevando a cabo en Cataluña y que parece haber partido de una antigua investigación sobre inversión de dinero negro en el paraíso fiscal de la isla de Jersey, es la detención de dos hombres claves de los gobiernos del ex presidente de la Generalitat de Cataluña en los tiempos que gobernaba Jordi Pujol.
Se trata de Macià Alavedra, que fue portavoz de Convergència i Unió en el Parlamento catalán, consejero de Gobernación, consejero de Industria y Energía, hasta, por último, llegar a dirigir el departamento de Economía y Finanzas de la Generalitat.
A Macià Alavedra siempre se la ha asociado al llamado sector negocios de Convergència, aunque la realidad es que dimitió de todos sus puestos hace doce años para dedicarse precisamente a los negocios.
Junto a Macià también ha sido detenido quien fue durante los años ochenta el principal consejero de Jordi Pujol, uno de sus principales, si no el principal «fontanero» de su Gobierno y secretario general de la Presidencia. Desde ese puesto privilegiado se dedicó a la proyección internacional de la Generalitat, aparte de crear grandes proyectos como la televisión y la radio autonómicas catalana, lo que sería el Parque Port Aventura, el diario El Observador y la Lotería catalana.
Prenafeta, presidente de la compañía Petróleos de Cataluña (Petrocat), promovida por la Generalitat y participada por Repsol y Cepsa, ha estado investigado en varias ocasiones por la Fiscalía de Barcelona por supuestas incompatibilidades entre su actividad pública y empresarial, pero su caso fue archivado precisamente por el juez Lluís Pascual Estevill, condenado por prevaricación y expulsado de la carrera judicial.
Prenafeta también fue imputado en la década de los noventa, junto con otros treinta implicados más, por el presunto desvío de 30.000 millones de pesetas de una constructora, Huarte, que suspendió pagos, y al final el caso también fue archivado por la Audiencia Nacional.
La operación iniciada por Garzón tiene, pues, un calado político de enorme importancia, aunque la realidad es que tanto Macià como Prenafeta no tienen nada que ver en estos momentos con Convergència i Unió ni con los nuevos dirigentes del partido que preside Artur Mas, pero pone en primer plano de actualidad aquella acusación que en su momento hizo en el Parlamento catalán el ex presidente de la Generalitat Pasqual Maragall, cuando afirmó que el problema de Convergència, entonces en la oposición, era el tres por ciento, insinuando que en todas las obras realizadas el partido cobraba esa comisión. Aquello quedó enterrado y ahora, años después, parece que se ha desenterrado…
José Oneto