miércoles, abril 24, 2024
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Son como niños

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El Partido Popular felicita la Navidad con un vídeo en el que sus dirigentes, algunos al menos, aparecen en fotografías de la infancia antes de ratificar sus antiguos deseos tal y como son ahora. El PP tiene últimamente una curiosa tendencia a mostrar a sus líderes en pantalón corto o con faldita plisada, como querubines, niños inocentes, quizá cercanos. Antes que los del vídeo, el presidente del partido en el País Vasco, Antonio Basagoiti, también aparecía en anuncios de prensa convertido en el niño que fue y diciendo que quiere ser lehendakari. Dicen los desencriptadores que aquello respondía a poner de manifiesto que el PNV gobierna en la región desde que Basagoiti era una infante y que ya va siendo hora de cambiar. Son cosas que necesitan explicación, como se ve, y en el caso del vídeo navideño, como no tengo a mano al experto, se me escapa el trasfondo, la intención y el significado.

Sin necesidad de acudir a las explicaciones de los ideólogos o los creativos, hay dos cosas que se notan a simple vista. Una, que entre los dirigentes elegidos están los portavoces en el Congreso y en el Senado, pero no el del Parlamento Europeo, Jaime Mayor Oreja, que, por cierto, es el más navideño de todos ellos. Dos, que las mujeres elegidas mejoran con el tiempo, a la vez que los hombres han empeorado sensiblemente. Quizá las mujeres dedicaron menos tiempo a rebuscar en los viejos álbumes de fotos o tienen más trabajo ahora que sus compañeros y no están para fruslerías. Todo lo demás es misterio.

¿Qué asesor del PP tiene tanta inclinación por los niños? ¿Qué significa? Porque ya durante la última campaña electoral Mariano Rajoy trajo a colación, con instancia sorprendente, aquello de la niña (la niña de Rajoy) a la que la lideresa, que entonces aparentaba estar por la labor, decidió que se llamase Victoria Esperanza. Ahora, mientras los elegidos para la curiosa felicitación navideña abrían sus viejos álbumes, ella parece estar enganchada a uno de esos juegos electrónicos más modernos en los que se dispara contra todo lo que se mueve. El recurso a la infancia posibilita colocar sobre la autobiografía una cierta nebulosa porque, en el fondo, allí todo vale y uno se presenta ajeno a los males del mundo, protegido o incluso mimado. En la felicitación-propaganda del PP los niños que fueron, además de mostrarse por un momento ajenos a las peleas (las suyas y las que se emprenden contra ellos), son niños muy serios y responsables que quieren, en vez de juguetes, igualdad de oportunidades, los mismos derechos y hasta entenderse en una lengua común. Y ahora, ya mayores y algunos de ellos estropeados, siguen queriendo lo mismo, lo que no se sabe si es una queja o la constatación de que todo es relativo y está por hacer. Pero el asunto, de verdad, hay que dejárselo a los psicólogos porque, ya se ve, son como niños.

Germán Yanke

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