miércoles, abril 24, 2024
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El Sha y su alergia al… caviar

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Riofrío es un pequeño pueblo granadino, situado en la carretera que une Granada con Málaga, a la altura de Loja, y que se está convirtiendo en una localidad famosa internacionalmente por… el caviar. Como lo leen. Aunque no le bañe el mar Caspio sino pequeños ríos donde las huevas de los esturiones que aquí se crían están compitiendo con las de Beluga, Asetra o Sevruga, las más valoradas en las mesas de reyes, emperadores y financieros del mundo entero y que salen de las factorías de Irán, Azerbaiyán y Rusia.

Un amigo mío, muy rico e importante, que gusta del caviar, aunque de caviar y de Irán sabe muy poco, me alababa el de Riofrío, diciendo que es tan bueno como el que tomaba el Sha. Una leyenda más.

Como la de la «emperatriz» Soraya que nunca lo fue. Como tal, sólo Farah, el día que le dio a su esposo Reza Pahlevi el codiciado heredero que de poco le sirvió.

Y esto se lo dice al único español, un servidor, que, cuando aquí en España no se conocía y comía otro caviar que el sucedáneo de Ibarra, a base de «perdigones» teñidos de negro betún, yo lo comía a cucharadas, y no con ridículos canapés o blinis, en la mismísima mesa del Sha que, miren ustedes por donde, no pudo comerlo en su vida porque era alérgico al… caviar.

Pero la leyenda de que para el Emperador se seleccionaban las huevas, tersas, llenas y de un color gris casi plateado de los mejores esturiones entre las 24 especies existentes, era tan del dominio público que, hasta en los más exquisitos establecimientos de Teherán, o en La Casa del Caviar de París, de Armen Petrossian, así te vendían esas latas azules, abrazadas por una liga, con el dibujo de un esturión en la tapa.

Nada que ver con el detestable caviar ruso que los turistas adquirían a los camareros del Hotel Rusia, el de las 5.000 habitaciones, o te ofrecían en las calles de Moscú en la época de la Unión Soviética.

Desde la caída del Sha no he vuelto a comer el caviar en fuentes de plata y a cucharadas. Hoy lo tomo cuando me lo regalan para Reyes, directamente de la lata, que así lo ofrecen, incluso, en restaurantes de lujo, como Zalacaín. Los muy exquisitos aconsejan que se coma con cucharita de asta, de nácar ó madera. Como si fueran angulas, que también valen estos días navideños un huevo de… esturión.

Me congratula que de mi tierra, que es Granada, y concretamente de Riofrío, salga hoy el mejor caviar que se puede tomar después del Beluga del Irán de mi Farah.

Jaime Peñafiel

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