jueves, abril 25, 2024
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Baja afluencia de votantes en la última hora del 14F

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Así se ha podido apreciar en los centros de votación de Barcelona, Girona o en localidades barcelonesas como Premià de Mar o Sabadell, en donde los miembros de las mesas han seguido el protocolo de embutirse en las EPIs que ha facilitado la organización, además de guantes, gafas y viseras transparentes, para evitar al máximo cualquier tipo de contagio.

«Por aquí solo han pasado diez personas en una hora», ha explicado a Efe Mónica, responsable de una mesa en el pabellón municipal de Premià de Mar.

«Pocos lugares más seguros que este colegio ahora mismo», ha ironizado Ferran, un apoderado que lleva todo el día en el pabellón de Palau de Girona, uno de los colegios más grandes de la ciudad, ante la poca afluencia de votantes durante la franja horaria reservada para que voten personas contagiadas y contactos estrechos de positivos.

Las riadas de votantes que durante el día han hecho largas colas en los colegios electorales, y que contra pronóstico han transcurrido más rápidamente de lo esperable, ya sea por el efecto óptico que genera el distanciamiento social o por la diligencia de los miembros de las mesas, se han convertido hacia las siete de la tarde en apariciones en cuenta gotas de electores.

Así ha sido en el pabellón de Palau, un polideportivo que ha acogido dos colegios electorales distintos, con un total de 23 mesas para cerca de 15.000 electores, donde se han registrado esperas de 20 minutos o más.

Sin embargo, a medida que se acercaba la franja de las siete de la tarde la afluencia ha ido menguando.

A partir de las 18.40 horas, el movimiento dentro de los colegios ha incrementado, no por la concurrencia de votantes, sino por el inicio de la «Operación EPI», cuando los miembros de las mesas han empezado a enfundarse toda la indumentaria de protección, siguiendo las instrucciones facilitadas y bajo la supervisión de un responsable covid que ha estado atento a cualquier incidencia.

A las siete de la tarde, los selfies de los miembros de las mesas y las imágenes registradas por la prensa para inmortalizar la distópica escena de decenas de monos blancos sentados esperando a votantes han animado el rato ante el aburrimiento por la poca actividad.

En el exterior del colegio, en los corrillos de apoderados, voluntarios o trabajadores municipales se discuten posibles teorías de la baja concurrencia.

El miedo a ser señalados, el uso masivo del voto por correo por parte de los más previsores, el caso omiso a las franjas recomendadas por el Govern o la poca proporción real de electores afectados son las principales tesis que manejan mientras esperan que termine la jornada, que en este colegio, como en la mayoría, ha transcurrido con mucha más normalidad de la vaticinada por algunos.

En algunos colegios de electorales sevha podido apreciar a miembros de mesas con EPIs hechas a base de bolsas de basura, lo que ha recordado por un rato los peores momentos de los sanitarios en la primera ola del coronovarius el año pasado.

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