El consejero de Justicia, Interior y Víctimas, Enrique López, ha señalado este sábado desde el embalse de Valmayor que “el brote está controlado” y ha hecho una llamada a la “tranquilidad”, además de reclamar responsabilidad a la ciudadanía para mantener la distancia social, la higiene de manos y el uso de mascarillas como solución para evitar contagios de covid-19.
“El brote está controlado, hay 18 personas controladas. Se ha realizado un estudio a través de los rastreadores de todas las personas que han mantenido contacto con todas las personas que han resultado positivas en el brote”, ha afirmado.
El consejero ha hecho una “llamada a la tranquilidad y a la seguridad que ofrece tener un buen equipo como el que tenemos en la sanidad madrileña”.
Preguntado sobre si la Comunidad de Madrid está preocupada por este brote, López ha señalado que está “ocupada y responsable” y que siguen “alerta” porque aunque son “optimistas” “hay que seguir trabajando porque el virus sigue ahí presente”.
El consejero madrileño ha señalado que como la zona “con la mayor densidad poblacional” de España, la Comunidad de Madrid tiene “un factor de riesgo que no tienen otras zonas con una menor densidad”.
En este sentido, ha vuelto a expresar la preocupación por el aeropuerto de Barajas “desde la lealtad y la responsabilidad, sin que signifique ningún tipo de enfrentamiento”, ha dicho sobre la petición al Gobierno de España de más controles para evitar casos importados del coronavirus, sobre todo de países en peor situación epidemiológica.
La Comunidad de Madrid quiere “colaborar” para la reactivación con seguridad de la empresa que más aporta al PIB madrileño, ha agregado.
La Comunidad de Madrid notificó ayer el primer brote ocurrido en la desescalada, con cinco casos de contagio en un entorno laboral, todos ellos leves y aislados en sus domicilios, y seguimiento a otras 13 personas más, una de la empresa y doce familiares.
Todos ellos cuentan con seguimiento de los médicos de Atención Primaria o del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la empresa, que se sitúa en Madrid ciudad pero de la que no han trascendido el nombre, la ubicación ni la actividad a la que se dedica, datos que la Consejería de Sanidad niega poder hacer públicos.
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