jueves, marzo 28, 2024
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Garoña, central nuclear de generación de dudas

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Garoña es la central nuclear más antigua de España y lleva parada desde finales de 2012. Su propietaria, Nuclenor, integrada por Iberdola y Endesa, ha solicitado poder operar hasta 2031, aunque para ello el Consejo de Seguridad Nacional (CSN) le había exigido una serie de requisitos de seguridad.

La Asociación Profesional de Técnicos en Seguridad Nuclear y protección radiológica (ASTECSN) ha recordado que el CSN requirió a esta central nuclear una revisión de su diseño y la implantación de determinadas modificaciones para actualizar su nivel de seguridad, entre las que se encuentran un nuevo sistema de tratamiento de gases, la separación física de cables eléctricos, la protección contra caída del techo del edificio de turbina, y el aislamiento de la contención primaria. A fecha actual, esta instalación no ha realizado estas modificaciones necesarias requeridas para mejorar su nivel de seguridad.

Sin embargo, por 4 votos sobre cinco, el Consejo de Seguridad Nuclear ha aprobado el informe que abre la puerta a que la central pueda volver a entrar en funcionamiento, aunque la decisión final corresponde al Ministerio de Energía.

El dictamen cuenta con el voto favorable de los tres miembros del Consejo vinculados al PP y la vicepresidenta del organismo, la exdiputada socialista, y Vicepresidenta, Rosario Velasco. La otra Consejera socialista, Cristina Narbona, ha pedido un aplazamiento de la decisión y ha votado en contra.

El CSN está controlado mayoritariamente por el Partido Popular. El PP rescató la mayoría para el Consejo en la época del exministro Soria, desplazando a CiU y eligiendo como consejero a Javier Dies, candidato del PP en Cataluña que se suma a los populares Fernando Martí y Fernando Castelló.

El voto puede estar utilizando la nuclear como ariete para abrir la puerta al alargamiento de la vida de las nucleares españolas. El ministro Álvaro Nadal declaró ayer que antes de cualquier reapertura consultaría con las Comunidades Autónomas, empresas y grupos ecologistas. Sin embargo, ya existe una mayoría parlamentaria en contra de la reapertura de la central

El visto bueno del CSN para reabrir, dará luz verde al Gobierno (a quién corresponde la decisión final) para que pueda autorizar a la central operar hasta los sesenta años, es decir hasta 2031.

El dictamen a favor se envuelve en una fuerte polémica ya que en el propio informe se reconoce que Garoña no ha cumplido las condiciones que se le pusieron -una serie de mejoras de seguridad que Iberdrola y Endesa no han ejecutado- y que no han tenido en cuenta en el dictamen, el propio documento establece que “quedan fuera del alcance de la presente propuesta de dictamen”.

El CSN defiende que las obras de mejora de seguridad exigidas se podrán realizar más adelante pero la situación ha llevado a los profesionales ASTCSN a advertir que emitir un dictamen técnico sin aplicar la Guía de Seguridad, ni conocer el resultado de la implantación de las modificaciones de diseño requeridas, supone “asumir unos riesgos de forma no justificada y sin el conocimiento ni la aceptación de la sociedad”.Frente a esta actitud de “falta de transparencia” esta asociación reclama la realización de un debate donde el regulador explique públicamente su posición y justifique, en su caso, la necesidad de modificar estos requisitos.

Consideran los profesionales de la Asociación que  “la emisión por parte del CSN de un dictamen favorable a la explotación de la central supondría un cambio de criterio del que se desconocen sus fundamentos, dado que no ha habido debates públicos ni las actas del Pleno permiten conocer esas deliberaciones, y supone de facto una exención encubierta al cumplimiento de los requisitos previos”.

En contra de la reapertura de la central

Una mayoría del Congreso de los Diputados ya se ha pronunciado en contra de la reapertura de Garoña. El PSOE, Podemos, Ciudadanos, ERC, PNV, Bildu, IU, Compromís y Democràcia i Llibertat firmaron a finales del año pasado un escrito reclamando la paralización del proceso para reabrir estas instalaciones. 

El sindicato CCOO de Castilla y León ha emitido este miércoles un comunicado en el que se muestra también contrario de que se renueve la licencia de explotación de la central nuclear burgalesa. Defiende el “cierre definitivo y demantelamiento” de la central, tras «haber superado con creces su período de vida útil de 40 años -está punto de cumplir 46- y suponer un peligro para el entorno y un aumento de los residuos nucleares para los que no existe tratamiento alguno».

Por su parte, el Gobierno vasco confía en que el CSN y el Ejecutivo de Rajoy «tomen nota» de la «oposición radical, rotunda y claramente contraria» de las instituciones de Euskadi a la reapertura de la central nuclear de Garoña, ubicada en Burgos pero cerca del límite con el País Vasco. En rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno, su portavoz, Josu Erkoreka, ha dicho que «no cree» que el CSN vaya a ignorar el rechazo vasco a la reapertura y ha añadido que «no espera que esto ocurra». 

Pautas de seguridad amparadas por la UE

En la actualidad todas las centrales españolas están obligadas a realizar cada 10 años una “Revisión Periódica de Seguridad” (RPS), siguiendo las pautas establecidas en la Guía de Seguridad 1.10 (GS-1.10) del CSN. Esta Guía contiene normativa compartida a nivel europeo y avalada por el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA). En ella se asocia la RPS con las solicitudes de renovación de las licencias de explotación, como garantía previa para la emisión de informe favorable sobre la renovación, para que el diseño de las plantas nucleares se actualice a la “mejor tecnología disponible”, adecuándose a los avances de conocimiento, tecnológicos y normativos. Por todo ello, la aplicación de la GS-1.10 supone una salvaguarda de que las inversiones económicas para actualizar las plantas nucleares son acordes al nivel de riesgo que se considera aceptable en cada momento.

Las nucleares en España

Garoña es solo el principio de una serie de centrales que en apenas siete años concluyen sus permisos de explotación.  El calendario es el siguiente:   Almaraz I, 2020, Almaraz II 2020,  Ascó I 2021, Cofrentes, 2021,  Ascó II, 2021, Vandellós 2020, y por último, Trillo 2024. Un calendario que, desde muchos sectores se está planteando como calendario de cierre.

Beatriz Jiménez

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