miércoles, abril 24, 2024
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La Fura del Baus presenta ‘Tannhäuser’ en La Scala de Milán, sin ánimo de provocación

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Se trata de la primera vez que una compañía de teatro española pone en escena una obra en el templo de la lírica milanés, en La Scala, «mediante una integración de todas las artes, que es lo que Wagner quería conseguir», explica el director, Carlus Padrissa. «Intentamos la integración de las artes escénicas con imaginación, sorpresa y pasión» y «Metha-Fura es sinónimo de imágenes y acciones a la ley de la gravedad, una rotación constante de la escenografía», matiza.

Padrissa, que se mueve nervioso por el escenario de la Scala, por el patio de butacas y entre bambalinas con bocetos y ordenadores, se pregunta: «¿Vamos a triunfar o nos van a abuchear? Viene Sofía Loren, Armani, pero no tengo el síndrome Scala, que es cuando todos se ponen nerviosos y gritan. Aquí ha habido muy buena sintonía».

«Es uno de los teatros donde nos hemos encontrado más cómodos. La Scala no ha tenido miedo de nosotros y nosotros no hemos tenido miedo de ella», subraya mientras pregunta al personal de la Scala si están de acuerdo y, naturalmente, asienten. Hasta el director indio Zubin Metha «viene a Milán y se pasa un mes con nosotros, encantado de participar, cambiar impresiones, discutir y participar en los ensayos».

La puesta en escena es arriesgada y bella: una mano articulada de diez metros que a lo largo de la obra va adquiriendo diversos significados, 7.000 litros de agua para una piscina en el escenario en que nadarán sirenas, y un vídeo que crea atmósfera de luces cambiantes y a veces, gaseosa, con imágenes tridimensionales creadas por Franc Aleu.

Los Tannhäuser universales

Para Padrissa su Tannhäuser es «un homenaje a todos los Tannhäuser universales, como Michael Jackson, el marques de Sade, Janis Joplin, Jimmy Hendrix, Salvador Dalí, Oscar Wilde y tantos otros miles de creadores que se han pasado al otro lado de la raya de la vida». «Vosotros podéis poner los nombres de vuestros personajes favoritos», afirma.

Carlus Padrissa insiste en que no busca la provocación, «no nos interesa más que la perfección integral de todas las artes. Sólo hay seis desnudos integrales, dos de ellos de hombres, pero apenas son perceptibles, y no hay sexo explícito porque no es necesario». Un total de 150 personas, 27 de ellas de la Fura, actuarán en el Tannhaüser de Metha-Fura, que además traslada al público a la India.

«El año pasado -dice- mientras estaba trabajando con Zubin en Florencia en el ‘Götterdämmerung'» le pregunté cuál era su ‘Venusberg’ (Monte de Venus). Lo pensó un momento y tiernamente me contestó que los colores intensos de las mujeres indias en los festivales de Rajastán». Y Carlus Padrissa viajó a la India, donde se convenció de que «entre el desierto austero y el frondoso trópico, entre los letreros de anuncios luminosos y los antiguos templos eróticos, entre la industria de Bollywood y las peregrinaciones multitudinarias, se entremezclan eternamente el Wartburg y el Venusberg, el conflicto entre espiritualidad y deseo irracional al que alude Wagner».

Padrissa recuerda la primera representación de Tannhäuser en París el 13 de marzo de 1861, cuando el público abucheó la representación visionaria de Wagner porque en el segundo acto no insertó el ballet, y supuso casi la ruina del creador alemán. «Para que esto no ocurra -dice irónicamente- hemos introducido dos ballets en el segundo acto», para subrayar que la obra de Wagner es «una obra de futuro que con el tiempo se ha ido convirtiendo en un clásico que encierra muchas sorpresas». Zubin Mehta no dirigía ópera en La Scala desde 1978, cuando puso en pie «Il trovatore», de Verdi, junto a Luchino Visconti.

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