Tras la carrera de Austin, Helmut Marko, supervisor del programa de jóvenes pilotos de Red Bull, atacó al que fuera su pupilo por no saber conservar de forma idónea los neumáticos y excederse en su ambición. Un ingeniero anónimo de Red Bull se puso de su lado e incidió en lo mismo, pero a Max Verstappen parece no importarle. El holandés, en la previa del Gran Premio de México, ha declarado que ha sido “muy estable” esta temporada.
Austin volvió a poner de manifiesto que Verstappen es un piloto capaz de generar un inmenso debate. En el Gran Premio de Estados Unidos, el holandés mostró dos versiones muy diferenciadas. Con el neumático blando, presionó a Rosberg con un ritmo imparable. Pero después cometió dos errores, propios de alguien que atesora su juventud. Tras una hora de carrera, ‘en su mundo’, abogó por entrar en boxes sin haber recibido las órdenes pertinentes, algo que dejó descolocados a los mecánicos, y que propició una pérdida de segundos importante.
Vueltas después, tras una avería, el de Red Bull aparcó su monoplaza en una zona de riesgo, lo que obligó a que Dirección de Carrera sacara el ‘safety car’ virtual. Otro fallo de novato, que no le impidió ser el hombre del día por séptima ocasión esta temporada. Un resultado más que llamativo, si nos atenemos a que otros pilotos como Alonso, con dos adelantamientos en las últimas tres vueltas, Sainz o Button, que asumieron mucho más protagonismo.
Esa elección por parte de los aficionados, demuestra que el precoz piloto ha encandilado a parte de los seguidores con su perfil agresivo. Es en su propia escudería donde nacen las críticas. Helmut Marko, que tuvo bajo sus órdenes al holandés hace no mucho tiempo, le criticó por no ser nada conservador: “No puedes pedir tanto a las gomas, debes aprenderlo”.
“Debe encontrar el equilibrio entre atacar y ser paciente. En comparación con Daniel, tiene mucho más desgaste. Y eso no lo hace más rápido”, añadió. Y todo, después de que con tono enfadado Verstappen dijera por radio que se negaba a quedar cuarto. En Red Bull sus palabras se traducen en una ambición excesiva, que lleva al límite todos los componentes del monoplaza, y que puede derivar en muchas situaciones en abandonos.
Hasta un ingeniero, cuyo nombre se desconoce, mostró la misma versión que Marko según recogen diarios especializados: “Verstappen demostró de nuevo en el segundo relevo que aprieta demasiado las gomas. Se le avisó en la radio, y dijo que no quería terminar cuarto. Ricciardo fue más sabio”. Declaraciones que podrían haber herido al holandés, que sólo ha ganado uno de los últimos ocho duelos en pista al australiano.
Este viernes, en la previa del Gran Premio de México, Verstappen se ha limitado a decir que es cierto que aprende “constantemente en las carreras”, pero considera que ha sido “muy estable esta temporada”. Diecinueve años que no afectan al carácter del holandés, que lidia a las mil maravillas con las altas expectativas. “Creo que me asemejo a Hamilton y Senna”, dijo recientemente. El futuro dictará sentencia.
Alberto Puente