Estados Unidos continúa su camino inmaculado en los Juegos Olímpicos, tras vencer a Australia en el tercer partido de la fase de grupos (88-98). Sin embargo, el marcador resulta muy engañoso, si se tiene en cuenta lo visto en la pista durante la gran mayoría del partido, puesto que los americanos fueron a contracorriente en muchas fases.
Carmelo Anthony estuvo brillante durante todo el encentro, pero esta vez no apareció la mejor versión de Kevin Durant. Australia consiguió aislar el juego de los americanos y por eso el ataque de los NBA abusó de las individualidades en muchos instantes. En el duelo de estilos, Australia exhibió un juego colectivo mucho más estudiado en el Dellavedova lució en la dirección, los pivots hicieron mucho daño y Miller se cansó de encestar de tres. El australiano llegó a los 30 puntos, mientras que Anthony sumó uno más.
El equilibrio fue la nota principal del encuentro hasta llegar al último cuarto, donde Carmelo estuvo igual de acertado, pero Miller tiró desde situaciones muy complicadas. Además, Kyrie Irving echó una mano a su compañero, cuando más lo necesitaba, y apareció en escena en los instantes más delicados.
El partido comenzó con un ritmo realmente frenético, ya que Carmelo Anthony entró a la cancha muy inspirado y anotó tres triples en un suspiro. Sin embargo, los Australianos venían a este partido a dar mucha guerra, por lo que no estaban nada dispuesto a rendirse a las primeras de cambio. De hecho, los 'Aussies' tiraron de un juego colectivo de un nivel altísimo y consiguieron contrarrestar las grandes individualidades de sus rivales.
Además, los grandes favoritos al oro entraron al partido con poca intensidad defensiva, lo que favoreció que Dellavedova tomase el control del partido, mientras que USA jugaba sin una dirección clara. Asimismo, Bogut dominaba la zona con muchísimo acierto y autoridad, cuando DeMarcus Cousins se cargaba de faltas.
Australia dejó una imagen magnífica
Así las cosas, Australia consiguió alejarse en el marcador por unos instantes, aunque el choque llegó al final del primer cuarto en tablas, después de que Estados Unidos se pusiera el mono de trabajo en los últimos minutos del parcial. Todo hacía indicar que era cuestión de tiempo que los americanos se marcharan en el marcador, pero los australianos no solo aguantaron el ritmo en el tercer cuarto, sino que consiguieron poner tierra de por medio en el marcador, en parte gracias al poco acierto de Durant. Andersen también era una auténtica pesadilla en la pintura y gracias a su buen hacer y al de todos sus compañeros el encuentro llegó al descanso con un asombroso 54-49 a favor de Australia.
No obstante, la charla de Krzyzewski surtió efecto tras la reanudación, puesto que USA acumuló un parcial de 9-0. Durant apareció en escena por momentos, pero Australia no entró en pánico y siguió a lo suyo para estabilizar el marcador gracias al gran acierto exterior de Patrick Mills. Con todo esto, el choque llegó al cuarto decisivo con solo tres puntos de ventaja para Estados Unidos (67-70).
Australia luchó hasta el final y se negó a perder, por lo que llevó a los estadounidenses a la línea de tiros libres en los últimos segundos. No obstante, Anthony continuó con su recital de triples en el último cuarto, mientras que Miller no encontró espacios para sus tiros en esos instantes. Asimismo, Irving también apareció en esos instantes para frenar cualquier conato de reacción del equipo amarillo.
Felipe Poza