Claves del cónclave para elegir al nuevo papa, que comenzará el 7 de mayo en el Vaticano

El Vaticano será, a partir del próximo 7 de mayo, el foco de todas las miradas ante la incertidumbre de quién gobernará la Iglesia Católica tras la muerte del papa Francisco.
La Santa Sede detalla el calendario, las ceremonias previas y las normas del proceso. El Vaticano subraya la importancia del secreto y del rigor litúrgico en todo el proceso

El Vaticano ha comunicado oficialmente que el miércoles 7 de mayo comenzará el cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril. Ese mismo día, a las 10:00h, se celebrará en la basílica de San Pedro la Santa Misa Pro eligendo Romano Pontifice (para pedir la asistencia del Espíritu Santo en la elección del nuevo papa), presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, y concelebrada por todos los cardenales electores.

A las 16:30h tendrá lugar la ceremonia de entrada en el cónclave. Los cardenales se reunirán primero en la Capilla Paolina, desde donde partirán en procesión hacia la Capilla Sixtina entonando las letanías de los santos. Al llegar, prestarán juramento de secreto y fidelidad, conforme a lo establecido en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis.

Las reuniones del cónclave se celebran en la Capilla Sixtina del Vaticano

Dónde y cómo se alojan los cardenales durante el tiempo que dura el cónclave

En este documento, el papa Juan Pablo II dispuso que, "en todo el tiempo que dure la elección, las habitaciones de los cardenales electores y de los que están llamados a colaborar en el desarrollo regular de la elección misma estén situadas en lugares convenientes del Estado de la Ciudad del Vaticano".

"Aunque pequeño -continuaba el papa en el documento-, el Estado es suficiente para asegurar dentro de sus muros el aislamiento y consiguiente recogimiento que un acto tan vital para la Iglesia entera exige de los electores".

Todos los asistentes al proceso, incluidos oficiales y personal de apoyo, prestarán juramento de confidencialidad el 5 de mayo, según ha informado la Oficina de Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice.

Proceso de votación y normativa vaticana

Los 133 cardenales electores, menores de 80 años y procedentes de 71 países, estarán alojados en la Casa Santa Marta y celebrarán hasta cuatro votaciones diarias, hasta alcanzar una mayoría de dos tercios. Tras cada escrutinio, las papeletas se quemarán: el humo negro indicará que no hay decisión; el blanco anunciará al nuevo pontífice.

Una vez aceptado el cargo, el cardenal protodiácono proclamará el Habemus Papam desde el balcón de la basílica de San Pedro. El proceso se desarrollará bajo condiciones de total aislamiento y obedeciendo el protocolo litúrgico y jurídico establecido por el Vaticano.

Juramento previo del personal auxiliar

El 5 de mayo, a las 17:30 horas, se celebrará en la Capilla Paolina el juramento de oficiales y asistentes designados para el desarrollo del cónclave. Entre ellos figuran personal médico, responsables de logística, miembros de la Guardia Suiza y colaboradores técnicos.

Todos han asumido el compromiso de respetar el secreto absoluto que rige este proceso, como exige la normativa canónica.

Ceremonias litúrgicas previas al cónclave

La misa Pro eligendo Romano Pontifice marcará el inicio litúrgico de la jornada del cónclave. Los cardenales deberán acudir a las 9:15h a la capilla de San Sebastián para revestirse con los ornamentos litúrgicos adecuados antes de la celebración.

La ceremonia de ingreso al cónclave se desarrollará por la tarde en la Capilla Sixtina, tras una procesión solemne y el canto del Veni Creator Spiritus, un himno litúrgico en latín que invoca al Espíritu Santo.

Un proceso espiritual en contexto de luto

La elección del nuevo papa se produce tras el fallecimiento Francisco, cuyo funeral se celebró el pasado 26 de abril. Después de los novendiales, los nueve días de oración por su alma, la Iglesia entra en una etapa de discernimiento guiada por el Espíritu Santo.

El cónclave, más allá de su dimensión organizativa, es un acto profundamente espiritual. Los cardenales invocan luz y sabiduría para elegir al próximo pastor de la Iglesia universal.