Así, sin ir más lejos, el número de siniestros se ha incrementado de manera notable. Si tomamos como ejemplo la Comunidad de Madrid –donde los patinetes eléctricos han entrado por la puerta grande– observaremos que en 2019 se produjeron 75 accidentes en los que estuvo involucrado un patinete. Esta cifra creció hasta los 179 en 2020 y un año más tarde se incrementó de manera drástica hasta los 577. Sin duda, podremos imaginar que –a este ritmo– en un par de años fácilmente podremos rebasar los 1.000.
En la ciudad condal, por supuesto, sucede exactamente lo mismo. De esta manera, en Barcelona hasta 750 patinetes eléctricos se han visto implicados en alguno de los 7.000 accidentes de tráfico que se registraron en 2021. Tanto es así que podemos hablar de un aumento del 53,69 % con respecto a 2019.
Además, según las estimaciones, el 50 % de los siniestros con estos vehículos de movilidad personal son colisiones con otros vehículos, generalmente coches, además de caídas en la vía.
Tampoco podemos pasar por alto el hecho de que gran parte de estos patinetes los conducen jóvenes menores de 16 años que no han tenido oportunidad de sacarse tan siquiera el carnet de moto y que, por lo tanto, apenas poseen unos mínimos conocimientos acerca de las normas de circulación.
¿Qué hacer en caso de chocar con un patinete?
En principio, los seguros de coche tratan el incidente como cualquier otro y no hacen distingos entre vehículos o patinetes. De esta manera, los accidentados deberán realizar un parte y corresponderá a la compañía aseguradora asumir tanto los daños materiales como personales que haya sufrido la parte contraria.
Pero debemos tener presente que si la culpa es del patinete o tenemos serias sospechas de que así fue, aunque esta parte se niegue a reconocerlo, lo más adecuado sería avisar de forma inmediata a la Policía Municipal o la Guardia Civil. Ellos se encargarán de identificar al usuario del patinete eléctrico, además de realizar un atestado o informe que ayudará a esclarecer los hechos.