El río Guadiana, la nueva ruta de la cocaína en España
La batalla contra el tráfico de drogas en España sigue cambiando día tras día. Si antes la llamada 'autopista del narcotráfico' era sinónimo de' narcolanchas' en el Estrecho de Gibraltar y el río Guadalquivir, ahora los traficantes adaptan sus rutas para mantener el flujo de cocaína.
El último ejemplo es el río Guadiana, frontera natural entre España y Portugal, donde la Policía Nacional acaba de desarticular una de las mayores redes especializadas en esta alternativa fluvial.
Fuentes policiales han confirmado a ESTRELLA DIGITAL que esta ruta por el río Guadiana era ya utilizada para el tráfico de hachís, pero que los propios narcos se dieron cuenta que podían sacar mucho más beneficio por el mismo peligro, y por eso empezaron a transportar cocaína.
Además, estas fuentes han explicado que los narcos cada vez tienen más problemas para encontrar pilotos que acepten llevar hachís en sus 'narcolanchas' de goma, ya que el tráfico de cocaína les da mucho más dinero.
La operación de cuyo cabecilla ya tenían en el radar desde 2017, ha concluido este 20 de junio y ha puesto al descubierto cómo este enclave, menos saturado por los dispositivos de seguridad, servía para alijar alijos masivos de cocaína en la provincia de Huelva.
Dos organizaciones, con ramificaciones internacionales, habían hecho del río un camino alternativo para garantizar que la droga alcanzara Europa. A través de narcolanchas adaptadas y con dispositivos tecnológicos de última generación para evitar radares y visores nocturnos, este entramado criminal ha puesto al Guadiana en el mapa de la geografía de la cocaína.
El caso evidencia que, mientras aumenta la presión sobre vías tradicionales como el Estrecho de Gibraltar, donde la colisión de narcolanchas (denunciada en ESTRELLA DIGITAL hace unos meses), mostró el punto crítico alcanzado por esta ruta, los traficantes no dudan en abrir nuevas vías para garantizar que la cocaína sigue alcanzando territorio español y europeo.
El río Guadiana es la última frontera en esta batalla, donde la delincuencia organizada sigue adaptando su estrategia para sortear controles cada vez más estrictos.
La operación policial en la que participaron más de 250 agentes ha mostrado la magnitud de esta amenaza. Una estructura logística y financiera que abarcaba desde narcolanchas hasta entramados empresariales para blanquear el dinero a través de restaurantes, soláriums, concesionarios de vehículos de lujo e inversiones en arte por valor de 10 millones de euros.
Así, el mapa del tráfico de drogas en España y Europa sigue cambiando, desplazando las rutas para mantener viva la circulación de cocaína, y obligando a autoridades y fuerzas de seguridad a adaptarse y responder para garantizar que cada frontera natural no se convierta en una autopista para el crimen organizado.