Desarticulada una red que estafó más de 10 millones de euros desde call centers en Barcelona
Un operativo conjunto de la Guardia Civil, la Policía Nacional y los Mossos d’Esquadra ha desmantelado una organización criminal que operaba desde call centers de Barcelona, y que habría estafado más de 10 millones de euros a centenares de personas desde el año 2022.
La organización contaba con avanzados equipos informáticos joyas, relojes de lujo, un arma de fuego, siete vehículos de alta gama —uno de ellos valorado incluso en más de 100.000 euros—, más de un millón de euros en efectivo y criptomonedas por valor de 300.000 euros, todo ello intervenido por las autoridades y que será analizado en los próximos meses.
La investigación comenzó en 2024 cuando los indicios llevaron a fusionar varias líneas de investigación de los diferentes cuerpos policiales. Estas pesquisas llevaron a una organización asentada en Cataluña, caracterizada por un alto nivel de profesionalización y por su capacidad de estafar a sus víctimas durante años.
Engaño, seducción y manipulación psicológica: así era su modus operandi
El grupo operaba como una falsa empresa de inversiones que publicitaba sus servicios en redes sociales y buscadores de internet a través de páginas web falsas pero técnicamente muy realistas. Además, ofrecían inversiones en empresas de reconocido prestigio o en el sector de las criptomonedas para atraer a sus víctimas.
Una vez que conseguían que una víctima mostrara su interés y facilitase sus datos de contacto, la organización contactaba con ella y comenzaba un laborioso proceso de seducción y engaño desde las centralitas o call centers.
Los estafadores engañaban a sus víctimas con una sucesión de falsos asesores y expertos, plataformas falsificadas y falsos nombres comerciales para exprimir al máximo sus recursos económicos. Con el objetivo de “facilitar las inversiones” instalaban aplicaciones de control remoto en los equipos de las víctimas para acceder a sus fondos y contaban con plataformas digitales fraudulentas pero que parecían legítimas.
El modus operandi era tan enrevesado que en el caso de que las personas estafadas quisiesen recuperar su dinero y recoger las supuestas ganancias, contactaban con ellas con otros nombres comerciales para ofrecerles recuperar su dinero a cambio de nuevas aportaciones.
Otra de las técnicas de las que se valían los estafadores era la manipulación psicológica de sus víctimas. En primer lugar, establecían lo que el grupo criminal denominaba un “vínculo emocional”, con el que se ganaban la confianza del estafado, para poco a poco animarle a hacer transferencias económicas más importantes, en un proceso que llamaban “quemado de sus cuentas”.
Los investigadores aseguran que este tipo de estafas organizadas requieren de cooperación internacional y de una educación financiera masiva para reducir el número de víctimas frente a este tipo de modalidades de fraude.