Llueve sobre mojado: los agentes de Tráfico seguimos esperando la mejora retributiva que nos prometieron
Mientras el Gobierno desvía millones del fondo de Seguridad Vial para tapar agujeros presupuestarios, los agentes de Tráfico siguen esperando desde hace más de tres años una subida de productividad que nunca llega. Y quienes deberían alzar la voz, callan
Estos días hemos conocido, a través de una información publicada en algunos medios digitales, que el Ministerio del Interior habría desviado millones de euros del fondo de Seguridad Vial (procedente de las sanciones por infracciones de tráfico) para cubrir los gastos básicos del día a día en las comisarías. Una decisión que, aunque pueda tener encaje legal, resulta profundamente injusta y pone de manifiesto el abandono institucional hacia quienes trabajamos a pie de carretera.
Ese fondo tiene un destino claro y finalista: reforzar la seguridad vial, modernizar medios, formar a los agentes y, en definitiva, salvar vidas. Cada euro que se saca de ahí es un euro que no se destina a evitar accidentes, a prevenir siniestros o a mejorar las condiciones de quienes patrullan día tras día por nuestras carreteras.
Llevamos más de tres años esperando una actualización de la productividad prometida en 2021
Pero este desvío no es un hecho aislado. Los agentes de la Agrupación de Tráfico llevamos más de tres años esperando una actualización de la productividad O3, una mejora retributiva prometida en 2021, acordada por mandos y organismos, pero eternamente bloqueada. Mientras seguimos cobrando una productividad obsoleta, congelada y alejada del esfuerzo real que exige esta especialidad, vemos cómo los recursos que deberían sostener esa mejora se desvían sin reparo para tapar los agujeros de una estructura presupuestaria rota.
Y lo más preocupante no es solo el gesto del Gobierno: es el silencio de quienes deberían defendernos. Porque, ante este nuevo atropello presupuestario, lo que encontramos es una DGT muda, complaciente, incapaz de alzar la voz por quienes sustentan sobre el terreno su discurso institucional. ¿Dónde está el director general de Tráfico, Pere Navarro? ¿Dónde está su compromiso con la seguridad vial y con los agentes que la hacen posible? ¿Dónde están sus palabras cuando se vacía el fondo que debería ser su herramienta clave de trabajo?
Su silencio solo puede entenderse como falta de compromiso... o como sumisión.
Y tampoco podemos ignorar la falta de reacción de quien nos lidera internamente, de quienes ocupan puestos de responsabilidad dentro de la propia Agrupación de Tráfico. Demasiadas veces se ha optado por callar, por mirar hacia otro lado, por no molestar a quienes toman decisiones desde arriba. Pero quien lidera, debe hacerlo también en los momentos incómodos. Y este es uno de ellos.
Demasiadas veces se ha optado por callas, por mirar hacia otro lado, por no molestar a quienes toman decisiones desde arriba
Si el Estado no puede cubrir los gastos básicos de su seguridad sin recurrir a los fondos destinados a salvar vidas en carretera, el problema no es contable: es político y estructural. Y si, además, quienes deberían defendernos aceptan en silencio esta situación, entonces el problema también es de liderazgo.
Por eso, desde AUGC no vamos a callar. No lo hemos hecho con la O3, ni lo haremos ahora. Cada vez que se aplaza esa mejora retributiva o se desvía un euro de la Seguridad Vial, se está desviando algo más grave: la responsabilidad institucional y el respeto hacia quienes sostienen este servicio esencial.
No pedimos privilegios. Pedimos justicia, coherencia y dignidad profesional. Y no vamos a dejar de exigirlas.