El doble juego de Trump: mantuvo abierta la vía diplomática mientras preparaba el ataque contra Irán
Estados Unidos mantuvo abiertos canales diplomáticos con Irán mientras ultimaba la ofensiva aérea de este sábado 22 de junio contra Fordow, Natanz e Isfahan, tres instalaciones clave del programa nuclear iraní.
Así lo recogen medios internacionales tanto de Estados Unidos como de Israel y Reino Unido. En concreto, The Times of Israel, el Financial Times y The Washington Post sostienen en algunas de sus informaciones que la vía negociadora se utilizó en paralelo a los preparativos militares, lo que habría permitido mantener el factor sorpresa y limitar la capacidad de respuesta inmediata de Teherán.
El ataque, ejecutado por aviones B‑2 y misiles antibúnker GBU‑57, alcanzó Fordow (instalación subterránea situada bajo una montaña), Natanz (centro de enriquecimiento) e Isfahan (vinculada a la conversión de uranio). La operación se llevó a cabo durante la madrugada, cuando aún se difundía desde Washington el mensaje de que las negociaciones con Irán seguían siendo posibles.
El rotativo británico Financial Times, concretamente, ha informado de que esos contactos diplomáticos se habrían efectuado a través de Omán y de representantes europeos hasta poco antes de iniciarse los bombardeos.
El doble juego de Trump: vía diplomática y ofensiva en paralelo
En los días previos al ataque, responsables de la Casa Blanca insistieron públicamente en que no se había cerrado la puerta al diálogo. Pero, según The Washington Post, altos mandos del Pentágono ya tenían órdenes operativas para movilizar bombarderos estratégicos hacia la región del Golfo Pérsico, y los sistemas que posteriormente se emplearon en la ofensiva aérea se encontraban preparados desde la noche del 21 de junio.
Por su parte, The Times of Israel confirmaba que el Gobierno israelí estaba al tanto de los preparativos y que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, había mantenido una conversación directa con Donald Trump apenas unas horas antes del inicio de la ofensiva. Según las fuentes citadas por el diario israelí, Washington mantuvo la comunicación diplomática sin interrumpir la coordinación militar.
Durante ese mismo periodo, se celebraron encuentros discretos con delegaciones de Omán y emisarios europeos, lo que refuerza la hipótesis de que se trató de una estrategia simultánea: preservar el canal diplomático mientras se ejecutaba la acción armada.
Daños en instalaciones clave del programa nuclear iraní
Los bombardeos afectaron a las tres instalaciones nucleares a priori más protegidas de Irán. En Fordow, se utilizaron bombas antibúnker GBU‑57 (diseñadas para perforar hormigón), con el objetivo de destruir el complejo subterráneo donde se enriquecía uranio hasta el 60 % (umbral técnico próximo al uso militar).
En Natanz, las imágenes satelitales mostraron destrucción en los accesos laterales y en estructuras auxiliares. Isfahan, en cambio, fue alcanzada por misiles Tomahawk lanzados desde unidades navales en el Golfo.
El Gobierno iraní respondió poco después con el lanzamiento de misiles balísticos hacia territorio israelí, mientras las autoridades de Teherán acusaban a Washington de utilizar la diplomacia como “instrumento de camuflaje” y daban por cerrada cualquier vía de negociación.
Teherán rompe cualquier vía de diálogo con Washington y la Casa Blanca amenaza: "Si atacan a Estados Unidos o a nuestros intereses, entonces tendrán un problema"
Fuentes diplomáticas citadas por el Financial Times consideran que el uso simultáneo de la diplomacia y de la fuerza aérea supone un cambio táctico con escasos precedentes en conflictos recientes. De hecho, desde el diario británico concluyen que, lo inédito, es que “no se ha tratado de actuar tras el fracaso de la vía diplomática, sino de usarla como cobertura para actuar”.
Las autoridades iraníes han reiterado que no retomarán el contacto con Washington. Mientras, desde la Casa Blanca descartan nuevos ataques contra Irán "a menos que ataquen a Estados Unidos o a nuestros intereses; entonces, tendrán un problema", afirmaba este domingo 22 de junio el secretario de Estado, Marco Rubio.