Un gris Barcelona sobrevive a un incisivo Málaga

Las bajas de hombres importantes como Jordi Alba y Neymar, y el habitual acierto en la propuesta táctica de Javi Gracia antes los grandes hacían presagiar un complicado encuentro para el Barcelona. Sin embargo, el partido se iba a poner muy cara para los de Luis Enrique. Sin apenas tiempo para que los conjuntos se posicionaran, Luis Suárez recibió un buen balón en la zona derecha del área. El uruguayo apuró la línea de fondo y asistió a Munir, que llegaba sólo desde atrás. El canterano, en racha, sólo tuvo que empujarla para abrir el marcador.
Pese al mazazo que supuso, el Málaga no cambió el guion y propuso algo similar a lo que intentó el Athletic en Copa del Rey sin fortuna: líneas adelantadas y mucha presión. Una fórmula que hizo sufrir y de qué manera al Barcelona, incapaz de superar el centro del campo. Los errores en defensa se sucedían, para desesperación de Luis Enrique, que desde el banquillo mostraba gestos de preocupación. Las ocasiones del Málaga no tardaron en llegar.
El primero en avisar fue Charles con un peligroso remate de cabeza que se topó con Adriano. Después, tras un saque de esquina, llegaría la mejor ocasión para el equipo andaluz. Chory enganchó un balón que había quedado muerto en la frontal tras un rechace y Bravo, primero, y el palo, después, evitaron la igualada. Eran los mejores momentos de un Málaga, que pese a que carecía de fortuna, se mostraba incisivo. Un clamoroso error de Vermaelen propició un dos contra uno de los locales, pero Mascherano, en el último suspiro, enmendó el error de su compañero al arrebatarle el balón a Charles.
Hasta a Bravo se le veía con problemas a la hora de jugar el balón con los pies. El chileno erró al golpear y el Málaga robó el esférico en zona de tres cuartos de campo. Hasta seis hombres blanquiazules esperaban para la ofensiva, que terminó en gol de Juanpi. El delantero recibió en el punto de penalti y batió al guardameta azulgrana, con un disparo que tocó en Mascherano en su trayectoria.
Ahí, contra las cuerdas, y con media hora transcurrida, llegó la reacción del Barcelona. El conjunto visitante trató de adueñarse del balón y pese a no dominar la primera mitad pudo irse por delante. Y es que, al filo del descanso, Munir puso a prueba a Kameni. El camerunés respondió con creces, pero el balón fue directo a las botas de Messi. El argentino, con la portería vacía, se confió demasiado y permitió a Miguel Torres interrumpir su remate. Con el empate a uno el árbitro señaló el final de la primera mitad.
En la segunda parte se vislumbró un escenario diferente. El Barcelona por fin manejó el partido y el Málaga, fruto del cansancio, abandonó la presión. El robo de los andaluces ahora se producía mucho más lejos del área, y el peligro, por tanto, era mucho menor. Por si acaso, Luis Enrique introdujo a Mathieu en detrimento de un perdido y amonestado Vermaelen. El dominio azulgrana se tradujo en gol a los seis minutos de arrancar la segunda parte.
Adriano, en el pico del área, envió un buen centro para Messi, que con un acrobático disparo deshizo el empate. Pero de nuevo, tras anotar, el Barcelona se relajó. Mantuvo el balón, sí, pero sin generar ocasiones. Luis Enrique dio entrada a Rakitic por Munir y, posteriormente, a Roberto por Adriano. Javi Gracia apostó por el joven Fornals para dar algo de movilidad y frescura al equipo. El encuentro comenzó a detenerse con frecuencia, sobre todo tras un fortuito codazo de Rakitic a Camacho, que dejó al mediocentro sangrando.
Esto, que en principio parecía favorecer al Barcelona porque el reloj corría a su favor, le sirvió al Málaga para revertir la inercia del encuentro. El conjunto andaluz, aun sin el control de la pelota, generaba más peligro que los visitantes. Camacho, tras un rechace, obligaba a Bravo a realizar una gran intervención. Fue la última gran ocasión del equipo de Javi Gracia, que sucumbió pese a su gran partido.
El conjunto de Luis Enrique pudo acrecentar su diferencia sobre la bocina con un disparo de Messi, que se encontraba sólo en el área. Kameni, con una gran parada, evitó ese castigo. Los cuatro minutos que añadió el colegiado no cambiaron nada y el Barcelona cerró un trabajado triunfo. El equipo azulgrana asalta el liderato con los mismos partidos disputados que el Atlético, que mañana afronta también un complicado duelo en el Calderón ante el Sevilla.