La sequía y Trump hacen colapsar a los puertos europeos
El caos se ha extendido por algunos de los puertos más importantes de Europa. Los expertos hablan de una congestión que no se veía desde la pandemia.
El problema es especialmente grave en la Europa húmeda, porque la sequía ha provocado que el nivel de los ríos esté bajo y que los buques no puedan navegar por ellos.
Los aranceles de Trump contribuyen al colapso
En abril, Donald Trump anunció una importante subida de aranceles para prácticamente cualquier país que desee vender sus productos en Estados Unidos. Acto seguido, suspendió la aplicación de los mismos para negociar con los afectados.
Pero mientras la negociación sigue en curso, el presidente de EE.UU. no ha dudado en aplicar una nueva subida de aranceles para el acero y aluminio.
Si no se consigue un acuerdo en los próximos días, el 9 de julio los aranceles entrarán en vigor tal y como fueron anunciados en abril, y por el momento en Europa no parece haber avances significativos en la negociación.
Esta política comercial tan errática ha hecho que muchas empresas anticipen su abastecimiento para evitar posibles aranceles en el futuro. En consecuencia, la actividad en los puertos europeos para enviar mercancía a EE.UU. se ha disparado en las últimas semanas.
La sequía también afecta al tráfico de mercancías
En la Europa húmeda muchos ríos son navegables porque tienen un importante calado. Gracias al Rin y al Danubio se puede navegar desde el Atlántico hasta el Mar Negro, mientras que el Ródano permite navegar hasta el Mediterráneo. Sin embargo, la zona norte de Europa está atravesando una sequía que ha hecho bajar de forma notable el caudal de los ríos.
Las barcazas no pueden navegar con normalidad y esto está causando importantes retrasos.
La combinación entre las aleatorias decisiones de Trump sobre los aranceles y el bajo nivel de caudal de los ríos está provocando una congestión en la cadena de suministro que muchos equiparan a la vivida durante la pandemia.
Un reciente reportaje del Financial Times destaca que las colas para cargar y descargar en puertos como el de Róterdam o el de Hamburgo son interminables. Los buques tienen que esperar varios días para ser atendidos y eso está retrasando la llegada de las mercancías a su destino final. Todavía no se ha producido ningún problema de desabastecimiento, pero no se descarta.
Los puertos españoles operan con normalidad
Mientras el problema se enquista en los puertos europeos, en España la actividad portuaria se desarrolla con plena normalidad.
Sin embargo, sí se pueden ver afectadas las empresas que compran sus productos o materias primas en China, como ocurre con el sector de la ferretería y el bricolaje, porque la mercancía puede quedar paralizada unos días en otros puertos europeos
Los puertos de Valencia, Barcelona o Algeciras no han reportado ningún problema importante en los últimos días. Para los especialistas esto se debe a que la ruta más afectada por la desviación arancelaria no pasa por España, es la que va desde Pekín hasta el norte de Europa.
Los puertos españoles han visto incrementada su actividad en los últimos meses por el cambio de rutas de las navieras ante la situación en el Mar Rojo. En el caso del puerto de Barcelona, aumentó un 9 % su actividad en 2024.
En general, el tráfico de contenedores transportados a puertos españoles aumentó un 11 % el año pasado; pero las infraestructuras aguantaron bien la mayor presencia de buques y de contenedores.
La situación también afecta a China
Los puertos chinos están en una situación similar a la de los puertos del norte de Europa. Según el World Container Index (WCI) de Drewy, la demanda ha subido tanto que el precio de los contenedores de 40 pies se ha disparado en las últimas semanas, superando incluso los 3.500 dólares.
En las próximas semanas las empresas estadounidenses comenzarán su aprovisionamiento para la campaña de Navidad, lo que puede agravar todavía más la situación tanto en China como en los puertos del norte de Europa.
No obstante, también podría suceder que la demanda de mercancía desde Estados Unidos descendiera drásticamente, todo depende de lo que ocurra en estos días con las negociaciones sobre los aranceles. Si no se consigue un acuerdo, el 9 de julio los aranceles experimentarán una fuerte subida y las exportaciones se resentirán.