"Una marea revuelta puede hundir el barco"

La lluvia en el cielo y la marea verde en las calles Madrid. Ni el chaparrón que ha caído esta tarde en la capital ha podido frenar la furia de la comunidad educativa que ha vuelto a movilizarse para mostrar su rechazo a los recortes y a la polémica ‘ley Wert’.

 “Arcaica”, “injusta”, “franquista”, “retrógrada”, “conservadora”. Son los adjetivos más utilizados por los manifestantes para describir la LOMCE. Alicia, una estudiante de la Universidad Complutense de Madrid reconoce que aunque no tiene “muy claro hasta donde nos llevan las manifestaciones” cree que “por lo menos es necesario que se transmita el sentir popular, que no queremos estas reformas ni estos recortes”.
 
Por el Paseo de Recoletos numerosos grupos de alumnos de secundaria y universitarios que se dirigían a Neptuno, donde se ha situado la cabeza de la manifestación, han gritado lemas como “la educación no se vende, se defiende” o “Wert dimisión”.
 
Sin embargo, la marea verde ya no solo es cosa de profesores, padres y alumnos. La indignación por el hachazo a la enseñanza pública se ha extendido al conjunto de la sociedad. Armando Barco tiene 61 años, tiene hijos pero ya han superado su etapa educativa, y aún así ha decidido salir a la calle. “Recortes y privatizaciones. El objetivo final es poner todo los servicios públicos en manos de los intereses privados y hacer negocio con los derechos sociales”, asegura sobre las políticas del ministro de Educación, José Ignacio Wert.
 
La protesta ha sido encabezada por representantes de los sindicatos y organizaciones de docentes, padres y estudiantes que han caminado desde Neptuno hasta Sol con la pancarta: “No a la LOMCE, no a los recortes, no a las contrarreformas educativas”. Pero no ha sido la única. El Sindicato de Estudiantes ha alzado un cartel bajo el lema “No a la contrarreforma franquista. Becas sí, tasas no. Wert Dimisión” o la de la plataforma Izquierda Anticapitalista: “Una marea revuelta puede hundir el barco”.

El ministro Wert ha sido el gran protagonista de la protesta. La mayoría de los manifestantes ha pedido su dimisión e incluso se han quedado parados frente al ministerio de Educación en la calle Alcalá para dirigirle una clamorosa pitada. Tampoco se han olvidado de el caso de corrupción que salpica al Gobierno de Mariano Rajoy al que han dirigido cánticos como “no hay pan para tanto chorizo”.
 
Según los organizadores de la protesta, la Plataforma Estatal por la Escuela Pública, cerca de 250.000 personas han acudido a la convocatoria. Ahora toca esperar el balance del Ejecutivo y su guerra de cifras.