Sarkozy lanza un plan de 26.000 millones para sacar a Francia de la crisis
De los 10.500 millones de inversión pública suplementaria, 4.000 millones corresponderán al Estado, 2.500 millones a las administraciones locales y 4.000 millones a las empresas públicas, como la eléctrica EDF o el servicio de correos La Poste.
Ese dinero irá a la renovación de los medios del Ejército, de los hospitales o de los tribunales, así como a infraestructuras de transportes como cuatro nuevas líneas de tren de alta velocidad y al canal Sena-Norte de Europa.
Los sectores particularmente más privilegiados por el dispositivo que va a poner en marcha el Gobierno conservador son el automovilístico y la construcción.
La medida estrella en el automóvil es una prima de 1.000 euros para aquellos que compren un coche que emita menos de 160 gramos de dióxido de carbono al kilómetro a condición de que envíen al desguace otro automóvil.
A esta prima, cuyo costo para las arcas públicas es de unos 220 millones, se sumará un préstamo de 500 millones para las financieras de los fabricantes de coches y la constitución de un fondo de inversión de 300 millones, financiado en parte por esos mismos constructores, para ayudar a las reestructuraciones de las empresas de componentes.
El Estado asumirá en los dos próximos años la construcción de 100.000 viviendas sociales, una parte de las cuales las comprará a las promotoras que no están consiguiendo vender.
A falta de una evaluación de esta disposición, se tienen como referencia los 600 millones en que se había valorado la compra por la Administración de 30.000 viviendas a los promotores para convertirlas en viviendas sociales.
Sarkozy también indicó que el Estado anticipará a las empresas el pago de deudas por valor de 11.000 millones.