El pulso por las 37,5 horas semanales llega hoy al Consejo de Ministros con más obstáculos que apoyos
La esperada rebaja de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales vuelve este martes al Consejo de Ministros, pero lo hace con el rechazo de la patronal y sin apoyos garantizados en el Congreso
El Ejecutivo busca ahora convertirla en ley tras el visto bueno sindical, pero las negociaciones parlamentarias se antojan complicadas.
El apagón del martes pasado retrasó su aprobación
La norma, pactada en diciembre entre el Ministerio de Trabajo y los sindicatos CC.OO. y UGT, llega en forma de proyecto de ley tras meses de tira y afloja entre los socios de coalición. El texto debía haberse aprobado la semana pasada, pero el apagón informático en Moncloa obligó a posponerlo.
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, aprovechó el 1 de mayo para presionar públicamente por la medida, asegurando que este será "el último Día del Trabajador con jornadas de 40 horas". Según los sindicatos, 12 millones de trabajadores se beneficiarían del cambio. Ambos han pedido a los partidos que no bloqueen su tramitación parlamentaria.
La CEOE carga contra el “oportunismo” del Gobierno
La patronal, por su parte, ha reaccionado con dureza. La CEOE denuncia “oportunismo político” por llevar el tema al Consejo de Ministros tras el 1 de mayo y acusa al Ejecutivo de imponer una medida sin diálogo. “Más negociación colectiva y menos imposición normativa”, sentenció en un comunicado.
Su presidente, Antonio Garamendi, ha calificado el discurso del Ministerio de Trabajo como "populista" y advierte de graves consecuencias para las pymes. "En la empresa privada, cuando las cosas van mal, hay quiebra. En lo público, hay déficit", dijo este lunes en Telecinco. Además, la CEOE negocia con todos los grupos parlamentarios para frenar la propuesta.
Sánchez defiende la medida ante empresarios: “Nos hará mejores”
Desde el ala socialista del Gobierno, el propio Pedro Sánchez defendió este lunes la reducción de jornada en un acto con empresarios en Barcelona, asegurando que esta medida contribuirá a mejorar la productividad y la estabilidad laboral. “Europa no puede competir a base de sueldos bajos o jornadas extenuantes”, remarcó en la Reunió Cercle d’Economia.
En contraste, miembros de Sumar han subido el tono. El ministro de Transformación Digital, Óscar López, llegó a llamar “fachas” y “ultras” a quienes se oponen a la rebaja.
Junts amenaza con tumbar el proyecto si no se negocia
A las críticas de la derecha se suma ahora Junts, que ya ha anunciado una enmienda a la totalidad si el Gobierno no acepta introducir cambios. Su portavoz, Míriam Nogueras, ha denunciado que la norma se ha “negociado solo con los sindicatos españoles” y que representa un “ataque frontal” a pymes y autónomos catalanes.
No descartan retirar su veto si el Ejecutivo se abre a negociar, pero por ahora no hay contactos, según el partido.
El Gobierno busca apoyos para salvar su “medida estrella”
Desde el Gobierno minimizan el movimiento de Junts y aseguran que las negociaciones siguen abiertas. El portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, ha pedido al PP que se sume a la iniciativa para diferenciarse de Vox: “Es una oportunidad para demostrar si su giro social va en serio”.
La reducción de jornada es uno de los compromisos del pacto de coalición entre PSOE y Sumar, aunque ha generado fricciones internas. La ministra Díaz llegó a acusar al titular de Economía, Carlos Cuerpo, de oponerse a la medida por alinearse con los empresarios. Desde Economía lo niegan y piden más garantías y diálogo.
La tramitación parlamentaria será clave: el Gobierno necesita mayorías que aún no tiene para aprobar la ley y cumplir su promesa de aplicarla antes del 31 de diciembre de 2025. Las próximas semanas serán decisivas.