Manuel Cortés Blanco homenajea a los niños de Morelia en la obra 'Mi planeta de chocolate'

Manuel Cortés Blanco quedó finalista del II Premio Internacional Vivendia de Relato con esta obra, narrada desde los ojos inocentes de un niño, Benito Expósito Expósito, testigo del horror de la contienda que se desató en España en 1936 y que conllevó el exilio forzado de centenares de pequeños -en su mayoría, hijos de milicianos-, que fueron enviados a México.

El autor, que presentó la que es su tercera obra este martes en Madrid, explicó que se inspiró en los primeros ocho años de vida de su abuelo para dar vida al personaje principal de Mi planeta de chocolate, ya que, al igual que le ocurre a Benito Expósito, su abuelo fue un huérfano que vivió en un monasterio durante su infancia.

"Fue en ese ambiente donde mi abuelo aprendió a amar los cuentos, la música y el chocolate, ya que los monjes le hablaban de un sitio llamado América donde todo estaba hecho de chocolate", explicó el también médico y psicólogo, autor de El amor azul marino y de Cartas para un país sin magia.

En la novela aparecen dos personajes reales que influyeron decisivamente en el destino de estos niños, muchos de los cuales no regresaron a sus hogares jamás, como fueron el presidente Lázaro Cárdenas y su esposa, Amalia, quien presidía el Comité de Ayuda a los Niños del Pueblo Español en México y que falleció el pasado 12 de diciembre.

"Elegir siempre la opción que tenga chocolate"

Cortés Banco, quien considera que escribir es su afición preferida, aunque se declara un médico totalmente vocacional, recuerda con cariño que a su abuelo de pequeño siempre le decían que "si en la vida debía elegir entre dos opciones tomara siempre la que tuviera chocolate". De ahí el nombre de la obra, que además de homenajear a los niños de Morelia refleja el amor del escritor aragonés por el cuento como género literario.

"Gracias a mi labor como médico he tenido la oportunidad para visitar las zonas más desfavorecidas del mundo, donde la esperanza de vida de los pequeños apenas no llega a los cinco años, y me he dado cuenta de que los abusos siempre se cometen contra los más débiles, por eso elegí a los niños como los protagonistas de esta obra", afirma el escritor, que ha donado sus derechos de autor a Aldeas Infantiles.

Preguntado sobre las obras que le han influido a la hora de abordar este tema, Cortés Blanco afirma que la película La vida es bella ha sido para él un auténtico referente, aunque también se le ha llegado a comparar con John Boyne, el autor de El niño con el pijama de rayas, una obra en la que dos niños inocentes y de universos totalmente opuestos son testigos directos del Holocausto.

Su gran mérito, como ya le han reconocido a raíz de la publicación de esta obra, es acercar al lector a una historia española, a veces desconocida, con una gran ternura y una sencillez cuidada.