Las pifias televisivas de la campaña electoral
No todo son bailecitos, canciones o contar historias de la niñez o adolescencia. La presencia en programas de televisión de nuestros políticos no siempre es tan grata o sencilla para ellos. En muchas ocasiones, el día después se encuentran con que algunas de sus palabras no han tenido la acogida que ellos deseaban y han provocado las iras o las bromas de los ciudadanos en las redes sociales.
Desde aquellos 80 céntimos que dijo Zapatero que costaba un café en el recordado Tengo una pregunta para usted, cuando dejó claro que, al margen de en la cafetería del Congreso de los Diputados, el entonces presidente no salía mucho a tomar algo o no pagaba nunca, raro es el político al que sus palabras en televisión han terminado por pasarle factura.
Eso le ocurrió, por ejemplo, a Pablo Iglesias, que en su programa La Tuerka afirmó que "cualquier demócrata debería preguntarse si no sería razonable que los presos de ETA y aquellos vinculados al independentismo vasco no deberían ir saliendo de las cárceles".
Por ese motivo, cuando visitó el programa La Noche en 24H, del Canal 24 Horas de TVE, su presentador, Sergio Martín, le dijo en directo: "Hoy han salido varios etarras de las cárceles, estarás de enhorabuena".
Ahí no sólo salió mal parado el invitado, sino también el anfitrión, ya que pocas horas después de esa entrevista se llegó a pedir la dimisión del periodista, aunque al final no llegó a concretarse la misma.
Deslices lingüísticos
Tampoco recordará con agrado Pedro Sánchez su visita a La Sexta Noche. Y todo por haber pedido un aplauso para un chico con síndrome de Down que le había realizado una pregunta. El líder del PSOE instó al público a aplaudir por "lo bien que lo ha hecho". Las redes sociales empezaron a echar humo y le recordaron al socialista que hay personas con esa misma discapacidad que tienen carreras universitarias.
En ese mismo programa, hace muy pocas fechas, el propio Sánchez casi rememoró lo del café de Zapatero cuando una mujer le ‘pilló’ al preguntarle si sabía el nombre de los tutores o tutoras de sus hijas. Su respuesta fue negativa, aunque intentó mejorarlo, sin lograrlo, y subrayó que sí se los sabía el año pasado, cuando supuestamente tenía menos carga de trabajo que ahora.
El que directamente criticó a Albert Rivera cuando pasó por El Intermedio de La Sexta fue su propio presentador, el Gran Wyoming, cuando el político dijo que "no es una prioridad ni algo que preocupe a la gente", recuperar los cadáveres de las víctimas del franquismo que todavía están enterradas en las cunetas y fosas comunes.
Mientras Rivera insistía en que "¿dónde ponemos el crono de la historia, en la dictadura, los reinados absolutistas...?", su anfitrión le replicaba que "es triste servicio honrar la memoria de una víctima y querer vivir en la plaza del señor que lo mató". Por supuesto que las redes sociales le dieron la razón a este último.
"Consigamos veinte millones de parados"
A otra que también prestaron mucha atención fue a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, cuando visitó El Hormiguero. Al margen de su famoso baile con la sintonía de la cabecera del programa, lo que más se recordó fue su frase "consigamos una cifra de parados que nosotros nos la hemos marcado en veinte millones de parados". De poco le sirvió corregirla inmediatamente después y precisar que lo que quería decir era "veinte millones de personas trabajando”.
Peor fue lo de su superior, Mariano Rajoy, en La vuelta al mundo que presentaba Pedro J. Ramírez, que al ir a responder a una pregunta de una invitada en el plató se quedó en blanco porque no podía leer lo que tenía en los papeles. "Me ha pasado una cosa realmente notable, que lo he escrito aquí y no entiendo mi letra". A los seguidores de las redes poco les importó esa excusa.