La izquierda parlamentaria exige a Salgado que "coordine" la subida de impuestos a las Sicav en toda la UE
Durante la negociación parlamentaria de los Presupuestos Generales del Estado de 2010, estas tres formaciones, junto a BNG y Nafarroa Bai, ya insistieron en la necesidad de elevar la tributación sobre las Sicav, que consideran un refugio fiscal de las grandes fortunas, si bien el Gobierno y el PSOE rechazan de plano esta posibilidad ante el temor a que se produjera una fuga de capitales hacia otros países europeos.
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, incidió en una entrevista al diario francés 'La Tribune' publicada este lunes que sería "deseable" que los países de la Unión Europea coordinen de forma general sus políticas fiscales y la aprobación de nuevos impuestos, y subrayó que en el sector financiero, por ejemplo, la medidas deberían de ser "lo más homogéneas posibles entre los Veintisiete para que sean efectivas".
Haciéndose eco de la posición de Salgado, ERC, IU e ICV han presentado una proposición no de ley, a la que tuvo acceso Europa Press, en la que proponen al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero que reforme la legislación que regula las Sicav para poner un tope a las participaciones en las mismas de entre el 2% y el 5%, "tomando como referencia los límites del capital máximo fijado en sus respectivos estatutos".
Asimismo, plantea reforzar la coordinación entre la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la Agencia Tributaria para que la Administración General del Estado pueda ejercer un control fiscal efectivo de las actividades tributarias y de participación de las Sicav.
Evasión fiscal
En este sentido, ERC, IU e ICV denuncian que las Sicav sólo soportan una presión fiscal en el Impuesto de Sociedades del 18%, frente al 35% del resto de las sociedades anónimas y el 43% de IRPF al que tributan las rentas más altas, lo que las convierte en un "instrumento legal" para la gestión individual de grandes patrimonios y la evasión fiscal.
Estas formaciones denuncian además que existe un "fraude habitual" en la composición de los accionariados de las Sicav, pues la mayoría de los inversores que las conforman no las controla "realmente, lo que convierte a una "minoría" en los auténticos propietarios "y por tanto en sus principales beneficiarios".