La crisis económica y las rencillas internas ensombrecen el Baile de la Ópera en Viena
Las dificultades económicas, que en Austria han provocado la caída de un banco y serios aprietos a otro, van a estar presentes en la cita social del año en el país alpino, en el que todos los que son alguien, o pretenden serlo, se desviven por acudir.
Quizás no tanto por problemas de liquidez, pero para dar ejemplo, la cita de este año no contará con la presencia de buena parte de la cúpula política austríaca. Al menos siete ministros han anunciado su ausencia en la pista de baile en la que cada mes de febrero se convierte el patio de butacas de la ópera.
Pese a todo, la organizadora quitó hierro al asunto y aseguró en la presentación del evento que "el Baile tiene una gran tradición y ha superado crisis" y aseguró que para la edición de este año todas las localidades están ya vendidas. Eso sí, algunas empresas han tenido que reducir su lista de invitados para ahorrar costes y otras ni siquiera podrán estar presentes.
Treichl-Stürgkh, por su parte, afirmó rotunda que no cancelará el Baile pese a que el derroche de gasto y lujo que supone pudiera atraer la "ira de la gente" en una época de crisis.
Por el contrario, recordó que la cita es un motor de empleo en sectores como la peluquería y las tiendas de ropa y un "letrero anunciador de Austria en el mundo".
Música mexicana
En la dimensión más musical del Baile de la Ópera, uno de sus protagonistas este año será el tenor mexicano Ramón Vargas que, en declaraciones, reconoció que la cita es una buena "mezcla del mundo cultural y de la parte mundana de la sociedad". Con todo aseguró estar encantado de participar en el acto social del año, en el que interpretará La Danza, de Gioacchino Rossini.
Pero aparte de los problemas económicos, la cita de este año parece abocada a dar más que hablar por las rencillas internas que por la delicada elegancia de los adolescentes "debutanten" que protagonizan la ceremonia inaugural al grito de "Alles Walzer".
Treichl-Stürgkh tuvo que lidiar con una prensa interesada sobre todo en los rumores de desencuentro con el director de la Ópera, Ioan Holender, y en las críticas de éste a la retransmisión de la gala que hace la televisión nacional austríaca, la ORF.
"Debería ser más divertido"
Holender ha insistido en que el estilo del ente público debería ser más "relajado y divertido" e incluso recomendó cambiar al presentador que cada año conduce la gala: el popular actor y cantante Alfons Haider. De "sosa, aburrida, eterna" ha definido el director de la prestigiosa "Staatsoper" la gala vista por televisión. Tanto, que ha confirmado que este año, por primera vez, no se dejará entrevistar durante la retransmisión ni saludará al público a través de la ORF.
Ante tanta crítica, Haider reaccionó este jueves con una teatral aparición en la rueda de prensa de presentación portando un espectacular ramo de flores para Treichl-Stürgkh, la reina del baile de los bailes.
No hubo opción de encuentro con Holender porque no apareció hasta terminada la conferencia, lo que desató una nueva andanada de comentarios. La versión oficial es que estaba en la prueba general con los artistas que intervendrán en la fiesta, entre ellos el mexicano Ramón Vargas.