ANÁLISIS

El fiscal general tampoco tiene previsto dimitir: el paralelismo, en estrategia y discurso, con Pedro Sánchez

Foto de archivo del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, con Pedro Sánchez en Moncloa. (Foto: Moncloa).
García Ortiz descarta dimitir tras su procesamiento por revelación de secretos y defiende ante la Fiscalía que su actuación fue “impecable”

El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, no tiene intención de seguir los pasos del ya exsecretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, pero sí los de Pedro Sánchez, quien lo puso al frente del Ministerio Público.

Aunque su situación es comparable a la de Cerdán (ambos están procesados por el Tribunal Supremo), García Ortiz no contempla abandonar el cargo, entre otras cosas porque Sánchez no se lo ha pedido, como sí hizo ayer (o eso fue lo que dijo el presidente) con uno de sus hombres de máxima confianza en la cúpula del PSOE.

Sánchez, adalid de la lucha contra la corrupción; García Ortiz, abanderado de la independencia de la Fiscalía

García Ortiz ha afirmado este mismo viernes 13 de junio que si dejara ahora la Fiscalía se "debilitaría la institución". El paralelismo con Sánchez, en estrategia y discurso, es innegable. 

Pedro Sánchez defendió ayer su proyecto de "regeneración democrática" y se mostró como el adalid de la lucha contra la corrupción tras pedir a Santos Cerdán que dimitiese.

Pero él mismo descartó asumir responsabilidades y convocar elecciones anticipadas a pesar de los numerosos escándalos, que se están dirimiendo en los tribunales, que estrechan el cerco contra él y contra su entorno.

Las declaraciones efectuadas este viernes por el fiscal general, procesado por presunta revelación de secretos en el caso de Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso, las ha hecho durante la clausura de la Escuela de Verano del Ministerio Fiscal, celebrada en Bergondo (A Coruña).

Y en ese acto institucional es donde ha defendido su gestión, calificándola como "impecable", y donde ha puesto en valor la necesidad de que la Fiscalía mantenga su autoridad frente a presiones externas.

“Quien viniera detrás podría ser percibido como un fiscal general débil, y no puede permitirse una institución debilitada frente a la mentira”, ha afirmado. También ha asegurado que actuó con profesionalidad y que recopiló “el material de la verdad” para frenar lo que considera una campaña de desinformación contra su persona.

Bulos y desinformación que se convierten en verdades

García Ortiz ha reconocido haber tenido dudas personales, pero ha considerado que su deber es anteponer la estabilidad del Ministerio Público a las consideraciones individuales. “Nuestra labor no es agradar ni ceder al ruido, sino garantizar la legalidad con rigor”, ha insistido en su discurso ante fiscales y miembros de la institución.

“El fiscal general no puede ser derrotado por la mentira”, ha afirmado durante el acto en Galicia, en línea con el discurso del Gobierno que vincula los procesos judiciales a una estrategia de descrédito político.

“La Fiscalía no puede ser rehén del ataque político ni de la manipulación informativa”, ha subrayado García Ortiz, tan sólo unas horas después de que Sánchez se refiriese ayer a los "bulos" y "ataques" que está sufriendo el Gobierno... "en algunos casos".