Las navieras muestran cautela ante lo que pueda pasar en Ormuz
La escalada bélica en Oriente Próximo no cesa. Aunque desde el resto del mundo se insta a las partes a buscar una solución negociada y pacífica, la entrada en Estados Unidos en el conflicto ha agravado todavía más la situación.
En respuesta, Irán se plantea ahora cerrar el estrecho de Ormuz a la navegación, algo que podría tener consecuencias económicas para el resto del mundo. Las navieras, que hasta hace unos días confiaban en que esto no ocurriera, ahora muestran preocupación por lo que pueda suceder.
Un corredor vital para la energía mundial
Millones de barriles de petróleo y gas natural licuado (GNL) atraviesan cada día el estrecho de Ormuz procedentes de países como Arabia Saudita, Kuwait, Irak, Emiratos Árabes Unidos y Catar en su camino hacia los mercados de Asia, Europa y América.
La más mínima interrupción en el tránsito puede tener consecuencias directas sobre el precio del crudo a nivel global y afectar a las cadenas de suministro.
En el contexto actual, el estrecho de Ormuz está en el centro de las tensiones internacionales debido al conflicto abierto entre Irán, Israel y Estados Unidos.
Si la semana pasada Irán ya amenazaba con cortar la navegación por el estrecho, ahora ha dado un paso más. El Parlamento iraní aprobó ayer domingo 22 de junio un moción que propone el cierre de Ormuz tras el ataque aéreo por parte de Estados Unidos a algunas instalaciones nucleares en territorio iraní.
A pesar del "sí" del Parlamento, la medida no está en vigor, ya que para ser efectiva debe ser aprobada por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional.
Todavía no se ha tomado una decisión definitiva, pero las alarmas ya han saltado en los mercados energéticos y en las cadenas de suministro.
Las navieras se mantienen cautelosas
Por el estrecho de Ormuz cruza el 20 % del suministro global de petróleo y el 21 % de gas natural licuado. Pero la zona también es importante para el transporte marítimo de contenedores, puesto que es la puerta de ingreso y salida del puerto de Jebel Alí.
Este hub es clave para Emiratos Árabes Unidos y a través de él se movilizaron el pasado año 15,5 millones de TEU (contenedores de 40 pies).
Un eventual cierre obligaría a rediseñar las rutas de navegación de contenedores asiáticos para hacer los transbordos fuera del Golfo Pérsico. La consecuencia inmediata sería que las navieras tendrían que aplicar sobrecostes en las rutas afectadas.
Sí, además, sube el precio del crudo, este sería otro motivo más para la subida del precio de las tarifas de flete y no solo en las rutas afectadas, sino a nivel global.
Como consecuencia, las cadenas de suministro podrían tener problemas de abastecimiento y, además, tendrían que asumir costes más elevados. El impacto en la economía sería similar a lo que ocurrió con la apertura tras la pandemia: un fuerte episodio inflacionista.
Por el momento, grandes navieras como CMA CGM y Hapag-Lloyd prefieren mantenerse cautas. Ambas han confirmado que están operando con normalidad sus rutas en Oriente Medio.
MSC, Maersk y Cosco, a esta hora no han emitido ningún comunicado ni se han pronunciado sobre si tienen previsto hacer algún cambio en sus rutas de navegación.
Una posible nueva crisis en el Mar Rojo
Según los analistas, la entrada de Estados Unidos en el conflicto entre Irán e Israel puede reavivar las tensiones con los hutíes de Yemen y que estos reanuden sus ataques a portacontenedores en el Mar Rojo.
Jon Monroe, firma especializada en industria y logística portuaria, señala que hay informes que confirman que Irán ha estado equipando con armas a los hutíes, lo que podría aumentar su capacidad de ataque.
Aunque en los últimos meses la zona ha estado más tranquila, muchas navieras han preferido seguir utilizando las rutas alternativas que diseñaron cuando comenzaron los ataques a buques.
Monroe también destaca que toda esta situación de inestabilidad en Oriente Próximo está llevando a un incremento de las primas de seguros para las navieras, que han subido más del 60 %. “El marco para una inestabilidad constante ya está establecido. Si Teherán ordena a su flota de apoyo que bloquee las rutas de tránsito, nos enfrentamos a un aumento significativo del riesgo de los portacontenedores, y los costos se dispararán en consecuencia. La calma marítima de la región no es más que una frágil ilusión, y el transporte marítimo de contenedores está en la mira”.