Messi, Messi y un millón de veces Messi

Es el máximo goleador en las competiciones FIFA. Fuente: Leo Messi/ x
El argentino vuelve a deslumbrar al mundo con un golazo de falta que le da la victoria al Inter de Miami contra el Oporto. Su leyenda se sigue agrandando

Tendrá 80 años y Lionel Messi seguirá marcando goles de falta por la escuadra. Porque hay cosas que nunca cambian, que nunca desaparecen, que son para siempre.

A los 37 años, el físico empieza a notarse, claro, y cuesta mantener la intensidad durante los 90 minutos. Por eso muchas veces juega andando, pero sigue siendo el único futbolista en el planeta capaz de destacar por encima de todos aunque apenas trote por el campo. Ese es el nivel de Leo.

Contra el Oporto, volvió a regalar un recital para darle al Inter de Miami una victoria vital que los acerca a los octavos de final del Mundial de Clubes. Una victoria donde Messi volvió a demostrar que sigue estando diez escalones por encima de todos.

 

La primera parte estuvo marcada por un resultado injusto, un 1-0 en contra que no reflejaba la magia que salía de las botas del argentino. Hasta en cuatro ocasiones estuvo a punto de darle a un compañero un gol hecho, pero la puntería no acompañó.

Sin embargo, la segunda mitad fue toda suya. El Messi de siempre, el que inventa pases donde nadie los ve, el que esconde el balón para desesperar a los rivales, el que cambia un partido entero con un solo toque. Cuando la pelota quemaba, cuando otros habrían buscado esconderse, Messi la pidió y asumió la responsabilidad.

Es uno de los mejores lanzadores de falta de la historia. Fuente: Inter Miami/ X

Y lo hizo a través de una de sus marcas registradas. Un gol de falta perfecto, de esos que parecen teledirigidos, que devuelven a todos al pasado y hacen que a cualquier amante del fútbol le duela un poco que un talento tan inmenso juegue tan lejos de los grandes focos europeos.

Duele, sí, pero al mismo tiempo es un privilegio seguir disfrutando de uno de los mejores futbolistas de la historia en un gran torneo. Algunos se pensaban que el Inter de Miami venía al Mundial de Clubes de paseo, para lucirse y volverse a casa en la fase de grupos, pero Messi, como siempre, tiene otros planes.

Contra Al Ahly, aunque el encuentro terminó 0-0, Leo volvió a ser el mejor. Anoche, contra el Oporto, no iba a dejar escapar la oportunidad de demostrar que sigue siendo determinante.

Mientras llega el turno de las nuevas generaciones como los Lamine, los Mbappé, los Julián o los Wirtz, sigue habiendo un rey que no abdica. Porque Messi solo hay uno, y cada minuto que sigue en un campo de fútbol es un privilegio para todos.

Gracias, Leo. Porque después de 22 años, sigues teniendo la misma magia para mantener al planeta entero con la boca abierta. Porque aunque un día te vayas, tu nombre y tu historia serán para siempre. Gracias por no apagarte todavía.