Ilia Topuria hace historia: noquea a Oliveira y es campeón del mundo de peso ligero
"Acabaré el combate por la vía rápida, lo noquearé en el primer asalto", decía Ilia en la previa de un combate que prometía ser histórico. Dicho y hecho. Ni tres minutos pudieron disfrutar los españoles que decidieron trasnochar, a eso de las 6 de la mañana, para ver cómo Topuria, nuevamente, hacía historia.
Con esta victoria, Ilia se ha convertido en doble campeón de la UFC, ya que, de momento, sigue ostentando el título de peso pluma. En este selecto club solo ha habido 10 personas, entre ellas Conor McGregor, justo el rival con el que todo el mundo sueña que se enfrente Topuria. Pero Ilia ha abierto un club nuevo, consiguiendo una hazaña que nunca nadie antes había logrado: ser doble campeón de manera invicta, ya que tiene un récord de 17-0.
Oliveira es una leyenda viva de la compañía, el luchador con más finalizaciones de la historia, pero delante tenía a alguien que tiene metido entre ceja y ceja conseguir todo lo que se propone. Va a ser capaz incluso de traer la UFC a España, como ha prometido Dana White, el gran jefe.
Probablemente, Ilia ha conseguido la mejor racha de victorias de la historia. Consiguió el cinturón ante Volkanovski, el mejor de la historia en la categoría de peso pluma; noqueó a Max Holloway, algo que nunca nadie había hecho para defender el título; y ahora es doble campeón contra Charles.
Empieza a entenderse por qué Islam Makhachev ha decidido subir de peso y no luchar contra Topuria, porque ahora mismo parece invencible, y luchar contra él es acabar noqueado.
Al brasileño le tocó irse a dormir con un croché de derecha y una izquierda seguida que lo mandaron inmediatamente a la lona cuando habían pasado 2 minutos y 27 segundos. No le hizo falta a Ilia casi ni rematarlo, y se puso a celebrar la victoria con menos efusividad que otras veces.
Tras el combate tuvo un cara a cara con Paddy Pimblett, su gran enemigo y quién sabe si su próximo rival. 'El Matador' conti una andadura que está destinada, si sigue así, a convertirlo en el luchador más letal que jamás ha pisado un octágono.