Histórico Carlos Alcaraz: cabeza, corazón y quinto Grand Slam
Por más de cinco horas, España entera estuvo pegada al televisor. Carlos Alcaraz y Jannik Sinner ofrecieron uno de los partidos más increíbles que se recuerdan en una final de Roland Garros. Un duelo de otra época, de los que definen carreras y marcan generaciones, que terminó con el triunfo del español tras una remontada imposible: 4-6, 6-7(4), 6-4, 7-6(3), 7-6(2).
Desde el primer punto, se intuía que no iba a ser un partido más. El primer juego duró más de 10 minutos, con bolas de rotura y un ritmo de vértigo. Alcaraz fue el primero en romper, pero Sinner respondió de inmediato. Todo apuntaba al desempate, hasta que el italiano logró un break decisivo con 4-5 y se adjudicó el primer set.
El golpe psicológico afectó a Alcaraz, que empezó cediendo su saque en el segundo set. A pesar de recuperarse y forzar el tie-break, fue Sinner quien dominó y se colocó con dos sets a cero. Las estadísticas eran contundentes, Carlos nunca había remontado un 0-2 en su carrera.
Pero este Alcaraz está hecho para desafiar la lógica. En el tercer parcial cambió la dinámica, encontró su ritmo y empezó a hacer dudar a un Sinner que hasta ese momento parecía imperturbable. Es como una máquina perfecta el italiano, y hay que ganarle 3 veces el punto. Con 6-4, recortó distancias y encendió las alarmas del número 1 del mundo.
En el cuarto set, todo parecía sentenciado. Alcaraz, con 3-5 abajo, tuvo tres bolas de partido en contra . En ese momento, con el público entregado y la historia llamando a la puerta, emergió la mejor versión del murciano. Salvó los tres puntos de campeonato, rompió a Sinner y forzó el desempate, que terminó ganando con temple y magia.
Una cita con la historia
Ya en el quinto, Carlos tomó ventaja con un 3-1 que parecía definitivo. Pero Roland Garros tenía guardadas más emociones. Sinner rompió cuando el español sacaba con 5-4 para el título, llevando la final a un super tie-break a 10 puntos.
Ahí, Alcaraz no perdonó. Se colocó 7-0 en un abrir y cerrar de ojos y, con un passing shot de ensueño, cerró el partido. Dos gladiadores habían llegado al límite, pero solo uno podía levantar la Copa de los Mosqueteros.
Con esta victoria, Carlos Alcaraz conquista su segundo Roland Garros consecutivo y su quinto Grand Slam con solo 22 años. Lo hace firmando una de las mejores finales de la historia del tenis moderno, en lo que ya muchos consideran el partido más espectacular jamás disputado en la pista Philippe Chatrier.
Mientras Alcaraz y Sinner sigan enfrentándose así, el futuro del tenis está más que asegurado. Y hoy, la historia la escribió Carlos.