El Movistar Arena interrumpe el concierto de Myke Towers por exceso de volumen
El recinto madrileño activó su protocolo de control acústico durante el segundo concierto de Myke Towers, tras advertencias previas por sobrepasar los decibelios permitidos
La noche en el Movistar Arena vivió un episodio inusual. Myke Towers, uno de los grandes nombres del reguetón actual, sufrió una pausa momentánea en su espectáculo debido al exceso de volumen. Según ha informado el recinto en un comunicado, fue necesario interrumpir el concierto para garantizar el cumplimiento de los niveles sonoros establecidos y evitar molestias al vecindario.
Durante algunos segundos, las luces del pabellón se encendieron como señal de advertencia. Esta medida forma parte de un protocolo específico que se activa cuando se detectan desviaciones graves en los parámetros acústicos. La señal no fue un gesto simbólico sino un recordatorio de que, de persistir la infracción, el concierto podría haberse cancelado por completo.
Un segundo aviso tras la primera infracción sonora
En el primer concierto del artista, celebrado el martes y con una asistencia de más de 16.000 personas, el equipo técnico de Towers ya había rebasado ampliamente el límite permitido de 102 decibelios, alcanzando niveles elevados en la franja de los 100 Hz, la que corresponde a los subgraves. Este tipo de frecuencias, aunque fundamentales para el sonido envolvente de este género musical, puede impactar en la tranquilidad del entorno.
Antes del segundo espectáculo, tanto el promotor como el mánager y el equipo técnico del artista fueron advertidos de lo sucedido en la jornada anterior. El recinto dejó claro que una reincidencia obligaría a intervenir, como finalmente ocurrió.
Un protocolo diseñado para convivir con el barrio
Lo que ocurrió en el Movistar Arena no fue un capricho ni una censura artística. Se trató de la aplicación rigurosa de un sistema diseñado para garantizar la convivencia entre el entretenimiento masivo y el descanso de los residentes cercanos.
El recinto madrileño ha implementado un protocolo de control acústico que contempla varias fases. Una de ellas es la activación de luces como señal de advertencia. Además, se ha establecido una limitación contractual estricta: los conciertos no pueden superar los 102 decibelios en la banda de subgraves ni sobrepasar una media total de 105 dBA. Estas restricciones no solo están pensadas para cumplir con la normativa, sino también para reforzar el compromiso del recinto con su entorno.
Por otra parte, aunque la licencia del Movistar Arena permite la celebración de eventos hasta las 00:30 horas los fines de semana, el recinto opta por concluir los conciertos sobre las 23:00. Esta decisión se suma a las inversiones realizadas en insonorización para reducir al mínimo el impacto sonoro.
Una intervención que pasó casi desapercibida
A pesar del sobresalto, la situación no arruinó la noche para los fans. Tras la advertencia, el equipo técnico ajustó el sonido y el espectáculo continuó sin mayores incidentes. De hecho, muchos de los asistentes no fueron conscientes del motivo real del breve parón. El concierto pudo desarrollarse hasta el final, sin más alteraciones, y cumpliendo los límites establecidos.
Desde la dirección del Movistar Arena han valorado positivamente la actuación del protocolo y la respuesta del equipo del artista una vez emitida la advertencia. “Los avisos sirvieron para que a partir de entonces se respetasen los límites, transcurriendo el resto del concierto con total normalidad”, afirma el comunicado.
El Movistar Arena ha querido dar ejemplo, mostrando que es posible ofrecer espectáculos de primer nivel sin desatender las necesidades del entorno.