Ahmadineyad pide la confianza del Parlamento para luchar contra los "países arrogantes"
"Nuestra política (exterior) estará dirigida a proseguir con el apoyo a los pueblos oprimidos y confrontar a los arrogantes... Irán es partidario del dialogo constructivo con todos los países menos con Israel", agregó. Después, y entre continuos murmullos de muchos de los diputados, el gobernante pidió el apoyo y la confianza de la Cámara para poder combatir "a los enemigos extranjeros". "Confío en que el Parlamento apruebe a todos los ministros y que con su decisivo voto ayude a espantar las esperanzas de aquellos que quieren mal" a Irán, concluyó.
Sin embargo, las previsiones apuntan a que la Asamblea desoirá sus palabras y rechazará a varios aspirantes.
Atacado por la oposición reformista, que considera su reelección fraudulenta, y criticado desde el conservadurismo moderado, el proceso de voto de confianza se perfila como un examen de la capacidad de maniobra de la que disfruta el presidente.
Ahmadineyad ya trató a finales de julio de designar a uno de sus colaboradores más estrechos, Esfandiar Rahim Mashaii, vicepresidente primero, decisión que le granjeó la oposición de gran parte de los moderados y de miembros de su anterior gabinete. Hubo de ceder después de que se opusiera hasta el líder supremo de la Revolución, ayatolá Ali Jamenei.
Cuando el pasado 19 de agosto reveló la composición de su nuevo Ejecutivo, desencadenó un nuevo aluvión de críticas, incluida la del presidente del Parlamento, Ali Larijani. Ahmadineyad propuso un gabinete renovado en el que se mezclan hombres muy cercanos a la Guardia Revolucionaria y una decena de rostros que repiten.
El sábado, el diputado Ahmad Tavakoli volvió a pronosticar que, pese a la larga semana de negociaciones, casi una tercera parte de los aspirantes serán rechazados el miércoles cuando los diputados efectúen la votación. En declaraciones a la agencia de noticias estudiantil Ilna, el parlamentario conservador apuntó como razón su inexperiencia en puestos de gestión ejecutiva.
Polémicos cargos
La polémica gira en torno a algunos de los ministerios más importantes, en los que Ahmadineyad desea colocar a estrechos colaboradores. Entre ellos destaca la cartera de Petróleo, crucial en la gestión del país, para la que ha sido propuesto el anterior ministro de Comercio, Masud Mirkazemi.
Pese a que parte del sector le ha dado su apoyo, el Parlamento duda de la capacidad de Mirkazemi debido a su falta de experiencia en el ramo. Ahmadineyad ha defendido su candidatura justificando que este ministerio necesita una reorientación, y que Mirkazemi es el estratega que puede pilotarla.
Este domingo, insistió en la idea al sugerir que la industria petrolera "necesita una segunda nacionalización" para poder ser autosuficiente. Ya en la primera legislatura Ahmadineyad se topó con la resistencia de la Cámara, que rechazó a los tres primeros candidatos a cartera de Petróleo.
Existe también incertidumbre sobre la aprobación de las tres mujeres propuestas para los ministerios de Bienestar Social, Sanidad y Educación. Al parecer, los grandes ayatolá, cuya opinión no es vinculante pero si influyente, han expresado sus dudas sobre su capacidad de gestión. De ser aceptadas, se convertirían en las primeras mujeres en alcanzar el rango de ministro en la historia de la República Islámica. Según varios diputados, la aspirante a Sanidad, Marzieh Vahid Dastjerdi, es la que cuenta con más posibilidades.
Otros foco de controversia es la figura de Kamran Daneshju, quien fuera máximo responsable del centro electoral nacional durante las polémicas elecciones del 12 de junio.
Propuesto para el ministerio de Educación Superior, Investigación y Tecnología, la oposición denuncia que no ha acreditado sus títulos universitarios. "Si vemos tantos cambios, es porque el presidente es muy puntilloso. Ha tenido en cuenta todos los criterios", defiende por su parte el diputado Husein Garousi.
En caso de que algunos ministros no logren la confianza de la Cámara, Ahmadineyad tendrá quince días para proponer nuevos nombres.
