El Tesoro ha colocado una emisión de letras a 12 meses al 1,3%, unos puntos por debajo de la emisión anterior, y varios más por debajo del euribor, que anda ahora por el 1,9% y bajando. Frente a una demanda de casi 7.000 millones de euros, el Tesoro aceptó 4.236 millones por debajo del 1,3%, quizá el precio más bajo de la historia de la deuda pública.
La operación revela que existe liquidez en el mercado, que el problema no es de precio sino de seguridad, de liquidez. Para emisiones a medio y largo plazo hay que asumir costes más altos, por encima del 4% en bonos a 10 (4,13%) y 30 (4,76%) años, entre 50 y 100 puntos básicos por encima del bono alemán.
Hasta ahora el Tesoro no ha tenido ningún problema para colocar todas las emisiones que ha programado, con las que tiene que cubrir el aumento espectacular del déficit público. En todos los casos se ha producido sobredemanda de títulos, en un mercado que poco a poco acumula oferta de papel público.
Al mercado llega también una oferta creciente de papel corporativo de grandes empresas que aunque tienen que pagar diferenciales más elevados que años atrás consigue refinanciar e incluso obtener nuevos recursos.
Telefónica cerró ayer una emisión de bonos a siete años por valor de 1.000 millones de euros con 235 puntos de prima sobre el tipo de referencia de este tipo de emisiones. El pasado enero colocó otros 2.000 millones de euros a cinco años y con un diferencial 15 puntos más alto que el de ayer.
Es previsible que cuando se normalice la situación financiera el amontonamiento de operaciones de financiación, especialmente deuda pública, creará algunos problemas y forzará al alza los tipos, pero esa situación aún no ha llegado.
Fernando González Urbaneja