viernes, marzo 29, 2024
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Rock around the clock (Editorial)

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«Pero, en otro sentido, las conversaciones que tuvieron lugar entre Moratinos, David Miliband y el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, supusieron un paso atrás. Hablaron de seis puntos para la cooperación futura que incluyen los servicios financieros, el medio ambiente, la seguridad marítima y los visados. En otras palabras, todo excluye la principal cuestión, la única que ha hecho que esta disputa perdurara desde el Tratado de Utrecht en 1713: la soberanía. El Gobierno de Gibraltar organizó un referéndum en 2002 en el que el 98,5% votó en contra de la soberanía compartida con España. Ni España ni Gran Bretaña reconocieron el referéndum, pero su política sin duda recibió un golpe doloroso, por no decir fatal. Siete años después, hemos vuelto al punto de partida La disputada soberanía de Gibraltar sigue siendo el elefante en la cacharrería. Debería ser España la que demostrara las obvias ventajas de una soberanía compartida a un pueblo cuya identidad se vería reforzada y no debilitada con la finalización de esta antigua disputa».

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